Por Rosa Maria Contreras
La historia universal nos muestra personajes que hasta hoy contribuyen
con el desarrollo cultural mediante sus creaciones. Son mundialmente
reconocidos por trascender los límites del tiempo al deslumbrar con la
profundidad de sus obras artísticas. ¿Qué los llevó a aplicarse en el arte?:
¿El gusto de hacerlo? tal vez. La tranquilidad de decir misión cumplida? puede
ser. Una viva pasión por sellar aquello para lo que se está diseñado? Sí, crear
es herencia divina
Pedro Coria Paredes.- Tenía mirada firme y atractiva, reflejos plateados
de su ondeada cabellera contrastaban con su faz trigueña. De 1990 a 1992, fue
Coordinador de Deportes de la Fraternidad Cristiana de Enfermos del Perú. Al
remar su silla de ruedas, despedía elegancia y tranquilidad. Sus expresiones de
optimismo, certidumbre, serenidad, y su
contagiante autoestima que compartía con quiénes lo saludaban, me indujeron a
conocer más de sus obras artísticas y creatividad:
Una variada distribución de adornos artesanales,
pinturas, y fotografías suyas y de gente
por él apreciadas, decoran las paredes en la habitación de su casa. Entre los
cuadros de imprenta están el equipo de sus amores el Alianza Lima, tres velas
en altamar, y un árbol apenas iluminado a medianoche de oscuro invierno; Eva
Ayllón cantando, Michael Jordán cestando un balón, y la Monroe posando.
Una singular mezcla, entre recortes y carátulas de
periódicos, revistas y posters promocionales junto a
jeroglíficos-pirograbados-pinturas, que elaboró en papel, madera y en la pared
que no se ha librado de cada inspiración. Fusionadas culturas retratan sus
sombrías crisis, matizadas alegrías, y armónicas evoluciones, con acabados que
lo definen alegre por momentos, solidario siempre, soñador, y realista. Bendita
inspiración el arte, le ayudó tras accidentarse, a adaptarse a su nueva
estructura física y emocional.
Ascenso
de Amor.- Así nominé a una de sus pinturas
que se proyecta de izquierda a derecha. Se trata de un hombre en silla de
ruedas, que al atardecer se esfuerza por subir un abismo. Pensaba al observar:
(-“¡Qué locura, ya subió la tercera parte! ¡¿Y si cáe!!? -Qué va… sólo es una
pintura. -¡Y se sujeta en una cuerda que está al lado! -Sin duda, para avanzar
allí, y así, tiene que estar sostenido).
Pedro imprime su deseo de
avanzar contra corriente e ir más allá de lo visible. Consecuente con los
efectos de su realidad física busca una salida y la encuentra en sí mismo y en
el amor de su vida. El autor Refleja su deseo de superar el vacío que sintió
con el desengaño, desesperación y enojo que vivió, al derrumbarse (sabe Dios
por cuánta razón reuniría en sus entrañas) la columna donde había confiado
sostenerse. Pedro proyecta su decisión de aceptar la mano de quién, con
inocente sonrisa, le acompañó a echar el dolor y transformarlo. Reconoce que
como hijo amado, está en el tiempo de poder ser el Padre Amoroso, tan sólo
saliendo de cuadriculadas añoranzas.
El arte de vivir.- Expresado en todas sus formas, el
arte manifiesta la sensibilidad y riqueza cultural de una persona, pueblo o nación
en proceso de ascenso y aprendizaje. Contribuir a equilibrar la conducta es su
objetivo; ser instrumento que induzca a preservar un espíritu constructivo de
la humanidad, su finalidad.
Está presente en todo tiempo, espacio y persona; en ése lugar de sencillas
acciones que sólo usted conoce… como respirar, caminar, sonreír. Desde abrir
los ojos al despertar hasta cerrarlos diciendo al fin de la jornada: “Un nuevo
día será mañana”.
Sí que vivir es un arte. Quién no hace malabares
para salir de una crisis? ¿Qué científico se rinde en sus investigaciones, o
desecha los resultados de su primer intento? ¿Quién, de buenas a primeras tira
la toalla? ¿Qué padre de familia se rinde ante múltiples dificultades?
Cuántas veces ignoramos el mensaje de gente sencilla que se asume con
totalidad, que renuncia a sí misma y prioriza su deber. El don de la paternidad
desligó a Pedro de ciertas “superficialidades” para dirigir todo el amor a su
amada hija, a quién de sólo mencionarla, siente respirar la vida. Y si viera
usted, cómo, los ojos le brillan.
No es para menos, ella fue el ángel que lo habilitó
en el maravilloso rol que trasciende y hace trascender: la paternidad,
consagrada a preservar la vida fue su motor cada día. Su “unigénita” Iris, le inspiró negarse a cuanto deseo de morir
estuvo tentado, y le marcó una línea para darse el acabado.
Trascender
los límites de las circunstancias es responder al llamado innato de la
conciencia. Y es que: “Cada persona, como mejor creación artística que ES, se
siente llamada a darle el toque final a tan preciada obra; y al hacerlo, se
transforma en cocreador de su PROPIA
historia”.
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