Páginas Libres
rinde esta vez a un peruano como muy pocos. Un peruano de talla universal: Javier Diez Canseco.
En momentos en que el mundo capitalista neoliberal se debate en una crisis
mortal, Javier, sin duda alguna, hubiera sido una guía importante para dirigir
la respuesta del pueblo peruano en la meta de un cambio definitivo, que procure
al fin el bienestar, la libertad y la dignidad que se merece el milenario
pueblo peruano.
Las lágrimas derramadas por el hermano y compañero
que se va reflejan la ilusión perdida en quien se deseaba ver no como un prócer
de la segunda independencia del Perú. El sueño era verlo asumiendo funciones en
un gobierno del pueblo, para el pueblo. Un gobierno que acabe con el
capitalismo salvaje, basado en la adicción de un puñado de desquiciados
capitalistas a la gran propiedad.
Solo sabemos, ahora, que su ejemplo estará en cada una de las lucha que se
nos avecinan, por más trabajo con salarios dignos y estabilidad laboral, por
mejoras reales en el sistema de eduación que sirva para formar los
profesionales que hacen falta para el desarrollo económico independiente, una
educación que sea obligatoria y gratuita desde el Jardín de la Infancia hasta
la Universidad. Nos hará falta cuando se plantee la verdadera reforma de salud
que permita al pueblo superar el dolor de las enfermedades e incluso, como fue
su reclamo final, el dolor y el sufrimiento de quienes padecen enfermedades
terminales.
Cuando los pueblos alcancen sus ideales y la alegría cambie el permanente
rostro de tristeza que demacra a los peruanos y peruanas, la sonrisa de Javier
se sentirá y entonces sabremos que el socialismo por el que él luchó, se habrá
alcanzado.
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