Las hermandades en estas latitudes, son
muchas cerca a 40, me comentan algunos amigos, sobrepasaron el numero de Dios,
que es uno, todas hacen fiestas, se llenan de actividad para juntar dinero para
su procesión, regalan placas, diplomas y distinciones en nombre del Señor,
todas se llenan de ternura y piden colaboraciones. Todas. No podemos quedarnos
callados como otros, estamos enmudecidos ante tanto derroche de fe confundida
con negocio, estamos impresionados con ver tantos uniformes morados tantos
hábitos que pretenden tapar pecados.