Por Carlos Felice
Desde hace un tiempo deseábamos abrir este debate, los agentes políticos, los
referentes, los representantes de nuestra comunidad y seguramente de otras
siguen siendo los mismos de hace diez o veinte años, y sin ningún resultado
positivo salvo los casos aislados en ProspecPark, y Harrison, tenemos tres
representantes a sus respectivos concilios, ello no es producto de ningún
trabajo político de los connacionales, más bien obedecen al esfuerzo y simpatías
propias de los representantes.
Existen partidos políticos cuyo trabajo debiera estar enraizado
con los problemas más álgidos de la comunidad, pero lamentamos que la realidad sea otra. Los
partidos, si los hay no cumplen un rol de organizadores de la comunidad, solo
aparecen en tiempos de elecciones, para buscar votos para sus respectivos
candidatos ofreciendo lo que no pueden cumplir. Existen otras organizaciones
como las hermandades del señor de los milagros, y otras hermandades, que
cumplen un papel de organizadores en base a la fe a muchos compatriotas, todo
un fenómeno que habría que analizar
pacientemente. Lo real es que las hermandades o los cultores de la fe tienen
más adeptos que las organizaciones que
buscan la solución de los problemas que enfrentamos día a día. No se entienda que estamos en contra de la
organización u organizaciones de tipo eclesiástico. Más bien creemos que ellos
tienen grandes avances y capacidad de convocatoria, que no tienen otras
organizaciones.
También existen otras organizaciones de la comunidad como
grupos sociales, departamentales, organizaciones cívicas etc., etc. Sería muy
audaz el pensar en un frente, liga, asociación o federación que agrupe a todos
estos grupos cada uno con sus programa particular, pero todos con un programa mínimo
social de los connacionales en esta parte del norte este de los Estados Unidos.
Sería posible que nos
uniéramos por ejemplo en base a los servicios que presta y debiera prestar el
Consulado, seria loable que como comunidad podamos exigir que se nos brinde
mayores servicios como contra parte a
las remesas que recibe el Estado peruano de los peruanos en el exterior.
Sería posible tener un departamento legal, no solo para la
defensa de los connacionales que infringen las leyes, también para protección
de los miles de compatriotas que son vilmente explotados sin ningún tipo de
beneficios por las agencias de empleos o trabajos informales de pequeños
operadores en el ramo de la construcción, de servicios y el mundo de los
restaurantes.
Sería posible dotar de algún tipo de protección a los
connacionales que no cuentan con un estatus legal en este país. Ha habido casos
que hasta colectas se han hecho para repatriar los restos de algunos
connacionales que perecieron trágicamente en accidentes o por enfermedades
terminales.
Por otro lado se podría empadronar a los ciudadanos peruanos
americanos que puedan ejercer su derecho a voto en las justas por las ciudades
donde somos representativos. Así sabríamos a cabalidad cuales son nuestras
fuerzas y cómo podemos presentarnos a las diferentes instancias de gobierno.
Y como lograríamos el apoyo de estas personas tan
maltratadas por los gobiernos de nuestro país y los gobiernos de aquí mismo.
Solo existe una receta “En la unión esta la fuerza” Nuestros representantes, si
quieren ser nuestros representantes, deben someterse a un debate democrático y alturado y deben
tomar como plataforma única la que el acuerdo de las organizaciones les someta
en forma democrática y alturada. Lamentamos que los que se dicen líderes no
practiquen la tolerancia, que es una condición natural de la práctica en el debate de ideas y
perspectivas.
De otro lado, Se debiera proponer una comisión para fomentar
el liderazgo juvenil en nuestras
organizaciones, brindando cursos especiales de capacitación y desarrollo de los
jóvenes que tengan aptitudes para ser los lideres que tanto necesita nuestra
comunidad. Necesitamos risas juveniles que nos hagan revivir las
esperanzas que están olvidadas en
cualquier rincón de nuestras vidas. No es posible que algunos autoproclamados
líderes nos representen en diferentes elecciones y siempre obtengan los peores
resultados.
Propongamos un debate serio sobre este tema donde se puedan
sentar pericote, perro y gato en una mesa y donde todos practiquen “la
tolerancia” que sería pedir lo menos
para lograr un cambio de la
comunidad peruana.