César Hildebrandt
‘’Grabé este martes* un programa con Marco Aurelio Denegri. Fue una cordial invitación que debía rechazar.
Denegri es un pesimista nato y sus teorías sobre la involución mundial de la inteligencia humana están sostenidas en algunos estudios académicos.
El problema de los pesimistas sin remedio es que no pueden contestar la pregunta perversa “Si todo es así, por qué no optar por el suicidio.
Ni Cioran, soberano de las sombras, pudo responder coherentemente tamaño desafío.
Hablamos un rato de este asunto con Denegri y me di cuenta de que él admira los suicidios y me di cuenta de que él admira a los suicidas. Le concede valor, determinación, consistencia y cree, como lo dijo Camus, que el suicidio es el único verdadero problema de la filosofía.
Me di cuenta, además, que Denegri vive apartado por completo del mundo de la política, que vendría a ser ruido indescifrable, una murmuración de multitudes.