viernes, 26 de febrero de 2016

¿Quién es Alfredo Barnechea?


Algunos “progres”, izquierdistas socialdemócratas o viejos estalinistas, están de plácemes con la candidatura de Barnechea a quien ya lo ven en el llamado “campo popular”. Aquí les va un baldazo de agua fría.... carnavalero, pues.

Para comenzar, debe señalarse que Barnechea es ¡un mentiroso!


1.- Afirmar, en cada oportunidad, en público, que él es el único candidato elegido en primarias, no es verdad. Las únicas primarias de verdad han sido las del Frente Amplio, tanto para la elección de Verónika Mendoza, como la de sus congresistas. 
¿Contra quién compitió Barnechea? ¿Alguien lo sabe? ¿Ha habido “primarias” en Acción Popular” para elegir congresistas?
2.- Últimamente, Barnechea saca pecho, muy orgullosito, por “su partido” Acción Popular… un momentito, hasta ayer, todos los que pasamos los …ticinco y algo más, pensábamos que seguía siendo aprista, incluso alanista, ¿Cuándo se hizo acciopopulista?

¿Cuándo rompió con el APRA?
Antes, se calificaba como “tronchismo” a eso de andar cambiando de partido, hoy es transfuguismo una palabrita que suena latín, como para adecentar a los truhanes. Al parecer este, ex “enfant terrible” de la política de los 80, pasó también por el vargallosismo, ¿no significa esto que estamos ante un nuevo saltaperico de dudoso futuro?
3.- ¿Las manos limpias del arquitecto…? ¡tampoco, tampoco! 
AP ha gobernado en dos oportunidades y en las dos la corrupción ha campeado siempre ¡Adelante!, según la consigna del arquiterco.

Héctor Vargas Haya, un aprista honesto, por eso ya no está en el Apra, es autor de importantes libros que muestran la corrupción durante los dos períodos de AP, además del gobierno militar (68-80), del primer gobierno de Alan, y el del fujimontesinismo. De este honesto personaje extraemos estos datos.
Debe recordarse, previamente, que Belaúnde inauguró eso de ganar con la izquierda y gobernar con la derecha, también fue campeón de las promesas incumplidas. Debe ser la admiración de “cosito”, porque a Belaúnde también lo manejaba su mujer, Violeta Correa.
-- En los 60 era humillante la presencia de la IPC (International Petroleum Company), porque explotaba el petróleo de Talara, se había adueñado de extensos territorios a la mala, sin desemboloso alguno y nunca pagó un sol de impuestos. Nunca. Y el arquitecto, casi al final de su gobierno, arregló un contrato bajo la mesa, que finalmente fue un escándalo porque se “perdió” la página 11 en la que había importantes claúsulas que la IPC, al parecer, no estaba dispuesta a cumplir.
-- Belaunde también ofreció la reforma agraria, por la que los campesinos cusqueños, con Hugo Blanco al frente, habían armado una verdadera sublevación para traer abajo la feudalidad gamonalista en el Perú.

¿Y qué pasó? 
Nada, ni una de las promesas fundamentales por las que Belaunde fue electo, se llevó a cabo.
Belaunde, perteneció a ese género de indolentes gobernantes capaces de evadir toda responsabilidad para luego lavarse las manos en las sucias aguas de las excusas. “Le saca el poto a la jeringa” dice de Belaúnde, nada menos que Vargas Llosa en su libro El pez en el agua.
En cuanto a la corrupción, AP, un partido de elite basado en el “amiguismo”, una forma de gobierno en la que se usa el Estado para favorecer a las empresas de los amigotes, abundan los datos.
El primero fue el del proyecto para el desarrollo del Mantaro, inicialmente ganado en licitación por una empresa alemana, pero luego, hubo “amarres” con un contratista italiano que ofertó 15% mas barato, pero tal como lo hace hoy Castañeda, el proyecto terminó costando 140% más del precio original.
También está el caso de Socimpex, una empresa que logró un contrato de electrificación que se infló en 10 millones de dólares (de esa época, como 150 millones de hoy). Cuando el caso fue detectado, y enjuiciado legalmente, y la empresa estaba conminada a devolver lo robado, el caso se “archivó”.
Luego, en 1968, mientras los textiles sufrían una competencia desleal, debido a un fuerte contrabando que nadie sabía explicar, se descubrió que aviones de la empresa RIPSA (Rutas Internacionales Peruanas SA) posiblemente vinculada a Manuel Ulloa, tenía una pista clandestina por donde llegaba el contrabando por toneladas.
Pero el contrabando no solo “volaba”, también el BAP Chimbote fue descubierto en afanes contrabandistas en los que estaba involucrado el propio ministro de marina de Belaunde, Florencio Texeira.
La red de contrabando también trajo abajo la carrera del jefe de la PIP, Javier Campos Montoya, alias Javicho, quien al ser descubierto con “signos exteriores de riqueza”, contestó que se había ganado la lotería varias veces y que además también tenía mucha suerte con los caballos… ¡que rico tipo!

¿Qué hacía Belaunde ante la corrupción de su gobierno? Como Pilatos, se lavaba las manos. Debe ser por eso que Barnechea insiste en que Belaúnde tuvo las “manos limpias”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario