Por Manuel E. Yepe
Argenpress
¡Ironías de la
geografía, la política y la historia! El mapa global del colonialismo se ha
volteado de tal manera que las potencias europeas, que hasta hace algunos
siglos ejercían señorío sobre las naciones americanas, hoy se comportan como
serviles súbditos de una potencia americana a cuyo imperio responden.
Ejecutando una
orden de Washington, las autoridades de Francia, Italia, España y Portugal
prohibieron al avión presidencial del líder boliviano, Evo Morales, sobrevolar
sus respectivos territorios en ruta de regreso a Bolivia tras un viaje oficial
a Rusia donde asistió a una cumbre de países productores de gas.
Para hacer más
humillante aún la genuflexión, basta señalar que lo que motivó la orden
estadounidense a los europeos fue la intención de capturar a Edward Snowden -ex
agente de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), autor de públicas
revelaciones sobre las operaciones de espionaje que sistemáticamente realiza
Washington sobre sus aliados europeos- quien erróneamente suponían viajando con
el mandatario boliviano.
Cuando el avión que trasportaba a Morales se hallaba a pocos
kilómetros de las fronteras francesas, las autoridades de París, que varios
días antes habían concedido la autorización solicitada según las normas
aeronáuticas y diplomáticas internacionales, cancelaron el permiso de
sobrevuelo de su territorio acatando la orden de Estados Unidos, lo que obligó
a la nave aérea presidencial a aterrizar en emergencia en Austria, por falta de
combustible suficiente para otra ruta.
“Lo que hemos
tenido es un avión presidencial dando vueltas sin que los países de la zona le
dieran permiso para aterrizar” declaró la Ministra de Comunicaciones de
Bolivia, Amanda Dávila.
“En un caso de
emergencia de cualquier avión comercial, uno puede aterrizar en un aeropuerto
cualquiera y aquí no se ha dado el caso y se ha obligado al presidente a
exponer su vida y regresar a un lugar...”, enfatizó.
Con tal
actuación, sin antecedentes en la posguerra, Europa violó disposiciones y
normas del derecho internacional, puso en peligro la vida del mandatario
boliviano y pudo generar una crisis de extrema gravedad e impredecible
repercusión para la seguridad de los diplomáticos europeos en todo el mundo.
Edward Snowden,
con sus revelaciones sobre el espionaje que Estados Unidos practica sobre
varios países de la Unión Europea, había prestado un valioso servicio a los
pueblos de Europa cuyos gobiernos al hacerse público tanto atropello de sus
soberanías, se vieron forzados a adoptar una posición pública de censura a
Washington, a condenar públicamente los hechos denunciados y exigir respeto
para sus soberanías.
Las actuaciones
oficiales de estos gobiernos europeos en el caso de la prohibición del
sobrevuelo del avión presidencial boliviano puso bien temprano en evidencia la
hipocresía que encerraban esos pronunciamientos.
Algunos otros
países europeos no incluidos en la ruta prevista para el vuelo presidencial,
como Italia, aparentemente contactados por Estados Unidos para evitar
eventuales alternativas al vuelo presidencial, se apresuraron a comunicar su
disposición de prohibir el sobrevuelo o aterrizaje de éste acatando el pedido
de Washington.
El 27 de junio,
el Presidente Obama dijo en una conferencia de prensa en Senegal, donde se
encontraba como parte de su gira por África, que él no “moverá jets” ni
envenenará las relaciones con China o Rusia para capturar a Edward Snowden. “Si
sale de la zona de tránsito internacional del aeropuerto de Moscú donde está escondido
no intentaremos interceptarlo. No voy a estar luchando con jets para capturar
un hacker de 29 años de edad”, aseguró.
Sin embargo,
menos de una semana más tarde, tuvo lugar la acción de los órganos de
inteligencia estadounidenses que pudo haber costado la vida del Jefe de Estado
boliviano sin que hasta el momento Washington haya siquiera pedido excusas al
Presidente Evo Morales ni a los dignatarios europeos a quienes llevó a un
ridículo tan cruel ante sus pueblos.
El hecho de que
Washington se muestre tan obstinadamente interesado en la captura de Edward
Snowden sin que haya sido capaz de aportar a la opinión pública algo que
desmienta el irrespetuoso y traicionero comportamiento de la superpotencia para
con sus propios aliados, habla también de la conducta real del imperio en
materia de respeto por los derechos humanos de sus ciudadanos y constituye un
argumento sólido a favor de la legitimidad de la demanda de asilo político de
Edward Snowden.
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