domingo, 13 de enero de 2013

NUESTRA MUSICA HUMILLADA





Escribe Manuel cunza


En estos casi tres años pasados se han ingeniado muchas formas de procurar más ingresos y por consiguiente mejores utilidades para aquellos que bajo la etiqueta Restaurant-Peña, usando como ingredientes la voz, el arte y el talento de nuestros interpretes a quienes se les humilla con míseras remuneraciones, que ahora le llaman “bolo” (palabra que no tiene ninguna relación ni parentesco con un pago) pero que significa en ese argot, un pago por participación artística o interpretativa, que en realidad aquellos aceptan resignadamente.
Pero veamos el fondo de esta manera de humillación a lo largo y ancho del estado de New Jersey, existen bares y restaurantes de propiedad o regentados por compatriotas peruanos que buscan lucrar más y más rápido, autodenominándose “Peñas Criollas”  o lugares de “Show Artísticos” en los que nuestra música, nuestros interpretes de todo género y nuestros músicos son el ingrediente para atraer una clientela(comensales o bohemios) que en muchos casos o en días festivos (noches) abarrotan estos lugares en los que el consumo de licor es abundante, igualmente la variedad y delicia de nuestra cocina, son parte de un plan de fácil y rápido enriquecimiento.

Se anuncia la presentación de tal o cual de nuestros interpretes que son el anzuelo para atraer a una clientela que aumenta de acuerdo a la calidad de nuestros músicos e intérpretes, cuya remuneración nunca guarda relación ni siquiera cercana con los ingresos de la venta de una clientela que gusta de nuestra cultura musical. El llamado bolo, más parece una humillante propina, más no una compensación a la calidad, más bien un insulto y una humillación a todo lo que representa nuestra peruanidad. Es decir más importante esla recaudación económica, que la difusión de nuestro acervo musical.
Es común ver en estos establecimientos a grupos de nuestros cultores jóvenes y/o añejos, a quienes se les considera casuales clientes, a quienes se les invita elegantemente a participar del show montado en el que a veces son más aplaudidos que el mismo showman de turno, pero al momento del bolo se le regatea para entregarle una suma que muchas veces se queda en el mismo local a cambio de algunas copas de trago, con amistades o con quienes fungen de admiradores. No importa la clase o el cartel que respalda a ese interprete, compositor o ejecutor de lo que los peruanos tenemos con orgullo.
Claro no podemos negar que muchos de nuestros compatriotas aficionados o profesionales de nuestro arte,  forman parte de un grueso de desocupados (no sabemos por qué razón) y como tales son víctimas de la ambición desmedida de de nuestros propios compatriotas empresarios. Es difícil imaginar, como subsisten con esos míseros “bolos “que se les obliga a recibir.
Podemos suponer que la mayoría de los comprometidos con nuestra cultura musical, lo hacen, como decimos “por amor al arte” pero lamentablemente en este país no se puede vivir del “amor al arte” por ello son presas fáciles de quienes amasan buenos dividendos, con los que el arte les regala.
Muchos son los locales de este lucrativo negocio unos más conocidos que otros, Elizabeth, Newark, Kearny, Passaic y Paterson son los lugares a donde son llamados nuestros artistas, y son en estos lugares donde más rápido han prosperado los negocios gracias a la humillación de nuestra música. Distinguidas damas, excelentes intérpretes, así como nuestros músicos y reconocidos ejecutores (guitarristas y tecladistas) son mejores pagados por el aplauso del respetable, más no por el “bolo” que significa un insulto a su necesidad y su talento.
 Sabemos que hubo en el pasado, todavía cercano una institución (unidos por el arte) que pretendía agrupar a estos compatriotas, pero al final resulto der de total beneficio para un pequeño grupo de “dirigentes”
Desde páginas Libres no podemos ser  indiferentes a esta injusticia y no dudaremos en dar a conocer estos establecimientos donde se cometen semejantes ofensas e injusticias contra nuestra cultura musical. Claro está, que como en todo orden de cosas existen honrosas excepciones que también daremos a conocer,
Esperamos así la cooperación de este sector victimizado, prometiéndoles no callarnos, frente a algunas represalias contra los que defienden sus derechos como peruano, como artista y como exponente de nuestra cultura. Seguiremos en esta campaña de reivindicación, ténganlo por seguro.

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