viernes, 28 de junio de 2013

Tres términos… una realidad



  




Por Rosa Maria Contreras



Deficiencia es “Toda pérdida o anormalidad de una función o estructura  psicológica, fisiológica o anatómica”. Este término se relaciona directamente con la afección, carencia, o enfermedad que una persona posee; es decir, con el diagnóstico médico. Por ejemplo: Artrosis, Ceguera, Sordera, Diabetes, Síndrome de Dwon, etc..   
La deficiencia, condición interna-individual que limita al portador desempeñarse “con normalidad” en los ambientes “convencionalmente establecidos”, requiere de atención especializada y rehabilitación para evitar graves consecuencias posteriores.  
Si bien para estudios médicos la deficiencia es -necesariamente- discriminable una de otra, quién la lleve no tiene por qué ser un estigma social al cual tildar de deficiente. Porque la deficiencia es algo que la “diferencia de otros seres”, pero  no la determina como persona.

Minusvalía.- Es algo que habita fuera de la persona con deficiencia. Hablamos de la relación entre ésta y su entorno, cuyas carencias coyunturales, físicas, psicologicas, culturales y estructurales le impiden a la Persona Con Discapacidad desempeñarse como debería, por las limitaciones que encuentra a su paso. 
Por ejemplo, al afrontar las barreras físicas que le limita  de acceder a ciertos ambientes de esparcimiento, al  sobreponerse toda vez que es desatendido, marginado, o elegantemente “peloteado” en los servicios públicos, al enfrentar el irrespeto a sus costumbres y hábitos de vida cultivados y aprendidos. 
La minusvalía es una condición externa-colectiva. Tiene que ver concretamente con “la limitación de oportunidades para participar en la vida activa de la comunidad en iguales condiciones a la de otros”. Requiere la atención de entidades afines, que libere a este grupo humano de tales limitaciones externas. 
Realidad y fruto de un sistema indolente a las necesidades de realización humana. Resultado de estructuras gubernamentales que -muy vagamente- incluyen en sus planes de desarrollo nacional a TODA la sociedad. ¿Se justifica el incumplimiento de la ley, que induce a despersonalizar y a “minusvalizar” (menos valorar) a la persona? 
Y es que, “la ausencia de políticas educativas” (promotora de  valores) limita doblemente al ciudadano con discapacidad; y al ciudadano sin discapacidad lo limita de abrazar sus cualidades innatas.
Discapacidad.- Es la restricción de una de las capacidades de la persona como resultado de una o más deficiencias evidenciadas con la pérdida significativa de  algunas de sus funciones. Discapacidad “es la ausencia de la capacidad para realizar una actividad dentro del margen que se considera normal para un ser humano”.
Es decir, aún cuando ésta ausencia de la capacidad, la limita en  el desempeño de un rol, función o ejercicio de actividades y oportunidades para participar equitativamente dentro de la sociedad, no le impide realizarlos aún a “destiempo”. La limita pero no la excluye:
Discapacidad no es Incapacidad. Y los hemos visto en actos de toda índole,  manifiestar otras capacidades intangibles poco perceptible por los sentidos, como la voluntad para afrontar un reto, el ánimo para vencer dificultades, el deseo de llegar a una meta, etc. Y lo consiguen.
Son las habilidades residuales de la PCD. Aquellas habilidades que por la naturaleza fisiológica, biológica, funcional, y mental de la Sabia Estructura Humana, están ahí (sin que el mismo “discapacitado” lo haya notado) confluyendo con sus propios estímulos.   
Como realidad concreta, la discapacidad es superable. Así lo  han demostrado los trabajos político-pedagógico-científico de países desarrollados y de gente decidida que asume un serio compromiso integrador consigo mismo y con los programas que re-habilitan y refuerzan sus  capacidades residuales. (Son modelos a seguir). 
Son muchos los tipos de discapacidades. Las PCD se enfrentan a barreras diferentes y deberán usar técnicas diferentes para superarlas. Con objetivos y estrategias personales, hasta cultivar un “modus vivendus” y crear la llamada “Cultura de la Persona Con Discapacidad” 
Tres términos, una realidad.- Los términos arriba descritos, expresan conceptos de significado independiente y unilateral: realidades emparentadas a una sola situación humana  inducen a cierto tipo de actitudes  e  interpelan a conocerlas desde dentro, ya que aún significar diferentes cosas, están estrechamente vinculadas.
Gracias a éste grupo humano (casi la cuarta parte de la población mundial) los países tienen la oportunidad de reconocer el potencial de sus gentes (con  o sin problemas de discapacidad) quiénes,   responden con doble Eficiencia, Valía y Capacidad, al ser motivada con un ápice de consideración que alimenta su autoestima y dignidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario