domingo, 29 de diciembre de 2013

Editorial diciembre




En esta oportunidad vamos a hacer un alto en nuestra acostumbrada visión  de crítica y reflexión de nuestra comunidad, sin embargo debemos señalar  nuestra complacencia con el triunfo de la lista del doctor Tello a la Peruvian Parade inc. En hora buena y que se cumplan los objetivos trazados.
Es una época reflexiva donde por lo general abundan los saludos, los buenos deseos, los análisis y sobre todo hablar de la familia y concentrarnos en la navidad, si aquella que la han convertido en una especie de obligación para gastar, no puedes dejar de comprar aunque no tengas dinero, aunque la crisis te golpea por todos los flancos, no puedes dejar de demostrarle a la gente que eres un triunfador, así debas hasta la dentadura, pero hasta en el más miserable de los trabajos hacen sus reuniones y hasta intercambio de regalos, generalmente con bolsa de maicys y baratijas como contenido,  todos quieren engañar a todos y todos son engañados por quienes le venden los productos y por sus propios patrones que les hacen creer que su trabajo es muy importante, pero que nunca les aumenta el sueldo.
Así en una complicidad de todos celebramos las fiestas navideñas con muchos regalos para nuestros hijos y con una gran cena con ropa nueva y calzones amarillos incluidos, es increíble tanta hipocresía que invade todos los rincones con sus luces multicolores y sus deseos de bonanza, así nos convencemos a nosotros mismos que la paz llega mediante la adoración de una figura o un nacimiento donde todos los años se debe descubrir al niño en señal de nacimiento
Donde está la trampa dirían mis amigos analistas, simplemente para un soñador como  este humilde servidor , en el rescate a lo humano, a lo esencial, a ser solidario, compañeros, amigos , camaradas, en ponernos en el lugar del otro, del que pasa trabajo, hambre, miseria, y pasamos por su lado sin mostrar la mas mínima misericordia, eso si el domingo iremos a la iglesia y nos disfrazaremos de buenos samaritanos, diezmaremos o daremos nuestra limosna para que nuestra conciencia se aplaque, pero  cuando nos encontramos con nosotros mismos, tendremos vergüenza y cuando miremos la sonrisa de nuestros hijos, dibujaremos una mueca, más no una sonrisa franca y fraterna, porque no la tenemos , y porque no les estamos dejando lo mejor que tenemos, los estamos engañando a ellos y a nosotros mismos. Yo recuerdo mucho las navidades en casa, mi padre un obrero, se empeñaba entero  y nos regalaba nuestros juguetes, a veces de pilas, a veces de plástico, éramos los más felices y nos contaban cuentos que Papa Noel, vendría a las doce de la noche, nosotros, ya sabíamos que nuestro padre era más grande y más bueno que ese señor de la barba.
Hoy,  comprendo su sonrisa franca  e inmensa, algo  muy especial, con el brillo increíble en la pupila tratando de descifrar tanto amor, hoy comprendo tanto sacrificio de muchos amigos que en esta parte se rompen las espaldas por cumplir con sus hijos en la lejana patria linda, Siempre apurados, siempre pendientes, eternos  acuñadores de sonrisas que no pueden ver. En ocasiones cuando me cuentan de los logros de sus hijos, las lagrimas más puras ruedan por sus mejillas, si supiéramos cuantas carreras se han pagado desde los más duros trabajos, estos hombres y mujeres son el verdadero sentido de la navidad y seguramente toda la magia de las sonrisas de sus hijos son la prueba más grande de felicidad.  
 Que la nostalgia no lastime su sensibilidad, ustedes son los que hacen la vida, sus sacrificios tienen su recompensa en muchos jóvenes que son el futuro de su patria. Y a los que podemos disfrutar de la compañía y el abrazo de nuestros hijos, también hay  que regocijarse, hay que alumbrarse con sus miradas, con sus sonrisas. Para todos,  en este frio diciembre, a nombre de Páginas Libres les deseamos FELIZ NAVIDAD Y LOS DESEOS DE UN EXITOSO 2014, “Bien aventurados los hombres y mujeres de buena voluntad”

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