Según fuentes históricas, el pueblo del
Tahuantinsuyo tenía un calendario agrario que motivaban grandes festividades,
entre ellas:
Solsticio de Verano (21 de
Diciembre) = Qhapaj Raymi (fiesta de la nueva vida)
Solsticio de Invierno (21 de
Junio) = Inti Raymi
Equinoccio de Otoño (21 de
Marzo) = Puckllay, o fiesta de la abundancia
Equinoccio de Primavera (21
deSeptiembre) = Coya Raymi, o fiesta de la fertilidad
Por Carlos Bernales
De acuerdo con el investigador Rodolfo Tafur, especializado en la
antropología y religiosidad andina, esta predicaba que “la vida es una fiesta
que nunca acaba, siempre crea”.
Esa idea formaba parte del concepto de la unidad del todo, una permanente
búsqueda de equilibrio, donde la realidad está integrada por tres comunidades
interrelacionadas: La naturaleza (sallqa), la comunidad humana (runas) y la comunidad de los padres (wacas o deidades). Esas tres
comunidades “se encuentran en contínuo diálogo y reciprocidad, pues este es el
modo de ser de la vida”.
Lo fundamental de esta filosofía era:
Para que haya vida, diálogo y reciprocidad debe haber igualdad; si se
rompe la igualdad la relación se torna asimétrica, se benefician unos y se
perjudican otros.
Este concepto hacía que las festividades fueran prolongadas, como durante
el Invierno entre los meses de junio y septiembre, cuando se debilita la luz
del sol y sus rayos dejan de calentar.
Entonces, los quechuas sacaban a sus huacas en procesión acompañándolas
de unas antorchas llamadas “Chamizos”, hechas con ramas de algodón espinoso y
que supuestamente ayudarían a reavivar
al Sol.
“Si hace frío en la tierra, es que el Inti también siente frío”
Siempre de acuerdo con sus conceptos, los runas sostenían que si hacía
frío en la pachamama, el padre Inti también debía sentirlo. De allí que los
chamizos, luego de ser paseados en procesión eran enterrados en pozas a las que
se agregaban papas y se ofrendaban al sol para contribuir a su calentamiento.
Poco a poco, el alimento al sol iría abundándose en otros ingredientes
como habas, choclos, carnes, humitas, hasta llegar a lo que hoy conocemos como
Pachamanca.
Una ilustración de Huaman Poma de Ayala, de su libro Nueva Crónica y buen
gobierno” describe al Inca ofrendando un kero de chicha al padre Inti, mientras
la Colla sentada sirve más. En el cielo se ve una especie de ángel, llevando
una ofrenda al Sol, es el Sucho (“el que alimenta al Sol).
Hasta acá el mito. La astronomía moderna ha descubierto que algunas
constelaciones que se encuentran detrás del Sol tienen estrellas muy brillantes
que en un momento dado parecen acercarse a éste.
Entre ellas tenemos a Sirio, de la constelación del Can Mayor, Aldebarán
de Taurus y Capella del Cochero. Estas tres estrellas muy brillantes, de manera
independiente y sin aparente coordinación, en un momento dado, una de ellas,
aparece acercándose al sol en el mes de junio y cuando este fenómeno se hace
visible, para los agricultores significa que habrán buenas lluvias durante la
cosecha de la papa y por tanto habrá un año agrícoloa feliz.
Desde tiempos remotos, la lectura de este fenómeno ha dado origen a una
tradición llamada Pilachay, que precisamente promueve a los agricultores a leer las estrellas
durante el mes de Junio para encontrar a Sucho, nombre que significa “el que
alimenta al sol”, y vaticinar buenos augurios.
Como hacer la Pachamanca resulta no tan fácil hacerla con todo lo que
indica la tradición, la imaginación ha logrado el milagro que esta pueda
hacerse en una olla alta, como las que se usan para hervir fideos.
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Pachamanca a la olla
(Receta para 6 personas)
2 libras de muslos de pollo
2 libras de carne de cordero
2 libras de carne de cerdo
3 cdtas. ají colorado
2 cdtas. ají amarillo
1 cdta. ajos
3 cdtas. vinagre
3 cdtas. orégano
2 libras de chincho
2 libras papas
2 libras habas
camotes
pancas de choclo
humitas
Preparación
Corte las carnes en trozos medianos y sazone con los condimentos. Deje
reposar por tres horas y luego colóquelas en una olla de barro. En otra olla
grande, también de barro o de aluminio, ponga pancas de choclo como una
alfombra, y adentro, la olla donde están las carnes.
Tape la olla interior y coloque encima las papas, los camotes, las habas
y las humitas. Cubra con chincho y huacatay y tape la olla externa. Si fuera
necesario, use un lienzo o secador para evitar que escape el aire. Cocine por
dos horas como mínimo. Sirva con salsa picante de rocoto.
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