viernes, 28 de agosto de 2015

Daniel Alcides Carrión: ¡Vale un Perú!

Nació en Cerro de Pasco, Perú, el 13 de Agosto de 1857

Cuenta la historia que durante los años en que se construía el ferrocarril central del Perú, que dicho sea de paso, es hasta hoy una proeza de la ingeniería, por la altura que alcanza sobre el nivel del mar, siendo el único en el mundo, una extraña enfermedad atacaba a los trabajadores que realizaban esa apolónica obra.
Era la llamada “verruga peruana” causada por la bacteria Bartonella bacilliforme. que constituía en la práctica una peste por los estragos que causaba de pérdidas de vidas humanas.
Daniel Alcides Carrión, ex estudiante del colegio Nuestra Señora de Guadalupe, hijo del médico ecuatoriano Baltazar Carrión Torres y de su esposa Dolores García Navarro, egresado con notas sobresalientes deseaba seguir los pasos de su padre y en 1878, a un año de la Guerra del Pacífico, se matricul en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


En plena guerra del Pacífico
Se conoce que la verruga también afectó a soldados chilenos durante la invasión al territorio peruano por lo que científicos chilenos deciden hacer sus investigaciones sobre esta enfermedad.
Es entonces que llevado por un fuerte patriotismo, Daniel A. Carrión , quien también tenía espíritu de investigación, decide inocularse secreciones extraídas de un paciente, con el fin de reproducir la enfermedad.
Tenía apenas 28 años, cuando acometió la empresa de poner en riesgo su vida en favor de una causa humanitaria a la vez que científica.El 27 de Agosto de 1885, Carrión, acude a la Sala de las Mercedes del Hospital 2 de Mayo de Lima, para solicitarle al doctor Evaristo Chávez que le inoculara sangre macerada de una tumoración verrugosa de la enferma Carmen Paredes.
Habían transcurrido 21 días, cuando Carrión advierte los primeros síntomas de la enfermedad, también conocida como la Fiebre de la Oroya.



Angustia
Ante la angustia de sus profesores y amigos, la enfermedad siguió evolucionando. Es allí que este prócer de la medicina peruana escribe personalmente su historia clínica hasta el 26 de septiembre en que agobiado por la fiebre y por una severa anemia entra en delirio quedando, a solicitud de sus compañeros de seguir el documento clínico que Carrión había iniciado.
Carrión fue trasladado a la Clínica Maisón de Santè, el 4 de Octubre, recibiendo como medida de último recurso, inyecciones de ácido fénico endovenoso. Ya era demasiado tarde. Entró en coma, falleciendo el día 6 del mismo mes. esto es, cuarenta días después de su enoculación.
Poco antes de fallecer, expresó sus deseos de que la investigación siguiera adelante, conciente de haber contribuído al mejor conocimiento de la dolencia que hoy lleva su nombre,
En 1905, Alberto Barton, un microbiólogo peruano, prosiguió las investigaciones dejadas inconclusas tras la muyerte de Crrión. El laboratorio del Hospital Guadalupe del Callao, al examinar las placas con sangre de dos de sus pacientes observó las estructuras que conformaban los bacilos. Esta investigación llegó a ser conocida en la Universidad de Harvard, por lo que a la enfermedad de Carrión, se le agregó el nombre del bacilo el apellido del Dr. Barton, por lo que al agente que causa esta enfermedad se le llama Bartonella baciliforme.

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