En 1911, animado por sus amigos los poetas Enrique Bustamante y Ballivián, Julio A. Hernández, y con el entusiasmo del maestro Manuel González Prada, Eguren publica su primer libro capital: Simbólicas, que significó el nacimiento de la poesía peruana contemporánea. El libro fue celebrado por mucho, con la excepción de un ataque malévolo por parte de Clemente Palma. En 1916, con la publicación de La canción de las figuras, se cimentó su prestigio, no solo en el Perú sino en el extranjero.
En marzo de 1918, César Vallejo le hizo una célebre entrevista, como corresponsal del semanario trujillano La Semana, en la que Eguren dice al inicio, entre otras cosas:
"¡Oh, cuánto hay que luchar; cuánto se me ha combatido! Al iniciarme, amigos de alguna autoridad en estas cosas, me desalentaban siempre. Y yo, como usted comprende, al fin empezaba a creer que me estaba equivocando. Sólo, algún tiempo después, celebró González Prada mi verso".

- José María Eguren -
En el pasadizo nebuloso
Cual mágico sueño de Estambul,
Su perfil presenta destelloso
La niña de la lámpara azul.
Ágil y risueña se insinúa
Y su llama seductora brilla,
Tímela en su cabello la garúa
De la playa de la maravilla.
Con voz infantil y melodiosa
Con fresco aroma de abedul,
Habla de una vida milagrosa
La niña de la lámpara azul.
Con calidos ojos de dulzura
Y besos de amor matutino,
Me ofrece la bella criatura
Un mágico y celeste camino.
De encarnación en un derroche,
Hiende lea, vaporoso tul;
Y me guía a través de la noche
La niña de la lámpara azul.
POEMA EL ANDARIN DE LA NOCHE
- José María Eguren -
El oscuro andarín de la noche
Detiene el paso junto a la torre,
Y al centinela
Re anuncia roja, cercana guerra.
Le dice al viejo de la cabaña
Que hay batidores en la sábana;
Sordas linternas
En los juncales y oscuras sendas.
A las ciudades capitalinas
Va el pregonero de la desdicha;
Y, en la tiniebla
Del extramuro, tardo se aleja.
En la batalla cayó la torre;
Siguieron ruinas, desolaciones,
Canes sombríos
Buscan los muertos en los caminos.
Suenan los bombos y las trompetas
Y las picotas y las cadenas;
Y nadie ha visto, por el confín;
Nadie recuerda
Al andarín.
PEDRO DE ACERO
- José María Eguren -
Pica, pica
la metálica peña
Pedro de Acero.
En la sima
de la obscurosa guerra,
del mundo ciego.
LA CANCIÓN DEL REGRESO
Mañana violeta.
Voy por la pista alegre
Con el suave perfume
Del retamal distante.
En el cielo hay una
Guirnalda triste.
Lejana duerme
La ciudad encantada
Con amarillo sol.
Todavía cantan los grillos
Trovadores del campo
Tristes y dulces
Señales de la noche pasada;
Mariposas oscuras
Muertas junto a los faroles;
En la reja amable
Una cinta celeste;
Tal vez caída
En el flirteo de la noche.
Las tórtolas despiertan,
Tienden sus alas;
Las que entonaron en la tarde
La canción del regreso.
Pasó la velada alegre
Con sus danzas
Y el campo se despierta
Con el candor; un nuevo día.
Los aviones errantes,
Las libélulas locas
La esperanza destellan.
Por la quinta amanece
Dulce rondó de anhelos.
Voy por la senda blanca
Y como el ave entono,
Por mi tarde que viene
La canción del regreso.
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