Nadie puede asegurar que con Pablo Bengoechea estemos camino al
éxito o al fracaso. Todo es subjetivo. Aun si hubiese dirigido, esa
certeza no tendría un gran sustento. Lo que podemos es analizar el
contexto para tener elementos de juicio y dar un punto de vista.
No dudo que debe haber aprendido mucho con Sergio Markarián.
Tiene su pro y contra. Pues el uruguayo sacó campeón sudamericano
a Paraguay (Sub 23) y lo clasificó a los Juegos Olímpicos de 1992.
Hizo buena campaña con la “U” a nivel nacional y con Cristal en Copa
Libertadores. Y clasificó a Paraguay al mundial de mayores.
Pero Bengoechea no estuvo en ninguno de estos logros. Solo podría
absorber las charlas de café (o mate) en la terraza de su casa de esa
experiencia.
Con la selección peruana, estuvo en la Copa América y la eliminatoria
sudamericana. Casi tres años.
Pero justamente en la última etapa de Markarián presentó dudas y
vacilaciones. No fue lo mejor del charrúa. Bengoechea luego no tiene
de dónde asimilar experiencia.
Habrá leído y seguramente visto muchos partidos, pero todo eso para
obtener una riqueza táctica es vago.
Hay quienes empezaron como él y tuvieron éxito en su carrera
profesional. Nadie puede poner en duda su capacidad para dirigir
porque hasta el momento nunca lo hizo. Sin embargo, la opinión
pública peruana está en desacuerdo con su contratación.
En sus primeras declaraciones como DT de Perú, aseguró que no le
incomoda tener detractores y que solo se debe a los futbolistas y a la
Federación Peruana de Fútbol (FPF).
“No cambio mi forma de ser cuando me gritan que soy bueno o
cuando me gritan que soy malo. No me altera la opinión en general,
sí lo que digan los futbolistas de mí. Yo me debo a la Federación
Peruana y a que los jugadores se sientan cómodos. Estoy seguro que
todos los jugadores que pasaron por la última elimintaria darían
cualquier cosa por jugar el próximo mundial. Lamentablemente no
logramos la meta, pero hay que mirar hacia adelante”, dijo.
La idea es la continuidad del fracaso. Y no falta razón. Se supone que
un nuevo contrato es siempre para superar al anterior. En cualquier
ámbito de la vida.
La impresión es que Bengoechea no es mejor ni siquiera
que Markarián. Pero lo que genera más duda es la contratación de
Pablo envuelto en una serie de mentiras e imprecisiones.
Si es la continuidad como dicen, no le pondrá freno a los llamados
extranjeros.
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