Andres Candela
Las citas de autores defensores y de
escritores indignados con el fútbol es casi interminable, es como la discusión
de un ateo y un místico.
Tengo amigos que detestan el fútbol, para
ellos ese es el verdadero "opio" del pueblo, ¡de la humanidad!
"Bizarra escena de teatro y malabares atiborrados de oscuras tentaciones
que deshumanizan y asolan por completo cualquier razonamiento meditado",
es la agrupada opinión de muchos de ellos. Y todo esto, simplemente, para
drenar los instintos y las pasiones más primarias de muchas personas ante la
herencia de los ingleses. No obstante, sea para alabarlo o para atribuirle toda
clase de culpas, el fútbol requiere de un infinito calambur de adjetivos porque
es una pasión sin palabras para muchos y es también un odio visceral de difícil
argumentación para quienes no lo soportan, ni lo respiran.
Muchos escritores –partidarios y
detractores– han plasmado sus opiniones; sin embargo, como una opinión muy
personal, considero que no se ha escrito alguna frase que llegue a suplantar la
desbordada pasión de un grito de gol. Solo la muerte tendría el don para
expresar algo así. Nadie ha sido capaz de sembrar irrefutables dudas a un
hincha con algún aforismo o tesis que demuestre que el fútbol posee más
defectos que virtudes. Shakespeare en El rey Lear:"¡Tú, despreciable
jugador de fútbol!".Casi una ironía que del mismo suelo surgiera el fútbol
y que uno de los mejores escritores de todos los tiempos tampoco tuviera los
suficientes argumentos para persuadir a muchas personas contra lo que él
consideraba una "miseria", una "frivolidad absoluta".
Borges, por su parte, dijo: "El fútbol es popular porque la estupidez es
popular". "Detesto el fútbol, es un juego brutal que no requiere un
coraje especial, porque nadie se juega la vida..."
Pero también, gracias a un uso diferente de
las palabras, ha sido defendido por otros escritores. Mario Vargas Llosa –para
mí– ha hecho la que sin duda ha sido la mejor defensa en muy pocas palabras:
"El fútbol es como un fenómeno contemporáneo elevado a la categoría de
religión laica, la más practicada de todas". Además Vargas Llosa sugiere y
aconseja a los amantes de la literatura a comparar y comprobar de qué forma
"la buena literatura transforma la experiencia real en mito. ¡Lean
crónicas de fútbol!", afirma el escritor. Y allí, les aseguro, hay una
relación más ancha que el mundo, más profunda que cualquier pasión y que la
muerte no se atreve a separar.
Mario Benedetti fue otro de aquellos que
siguió el mítico deporte desde sus suntuosas letras. En su veloz cuento Puntero
Izquierdo, Benedetti creó una afición por aquel relato de un jugador que se
dejó comprar para favorecer los intereses de otras personas y al final terminó
bajo los cuidados de una enfermera.
Las citas de autores defensores y de
escritores indignados por el fútbol es casi interminable, es como la discusión
de un ateo y un místico; de todas formas, mientras los unos atacan y los otros
defienden, al igual que en el propio fútbol, la materia prima de las alegorías,
las metáforas, las analogías y todo aquello que sirva para edificar ejemplos es
la muestra exacta de una relación de larga duración que se estableció entre la
literatura y el deporte más popular del mundo.
El Editor de deportes, Gabriel Meluk, en su
columna del 19 de junio 'Tríptico de victoria', fue –para mí– ese ejemplo de
absoluta necesidad, ese consejo de Vargas Llosa al pie de la letra; es decir,
¿cómo describir la magia de un buen partido con palabras o argumentos temáticos
que no sean las de siempre? ¿Cómo traducir tanta felicidad vivida y devorada
por sus propios ojos cuando la pantalla en blanco de su ordenador es más
intimidante que de costumbre, y la hora del cierre son las aspas de un
ventilador puestas en cualquier reloj? Me gustó, me encantó y, aunque para
muchos fuera una exageración, estamos hablando de fútbol, es decir, ¡un
sentimiento puro sin palabras!
P.S.: "Aquí no es el Estadio, con
protección policial y con esos mamitas que se revuelcan en el área sin que
nadie los toque. Aquí si te hacen un penal no te despertás hasta el jueves a
más tardar". Mario Benedetti, Puntero Izquierdo.
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