miércoles, 23 de julio de 2014

Fútbol y letras, letras y fútbol...



Andres Candela


Las citas de autores defensores y de escritores indignados con el fútbol es casi interminable, es como la discusión de un ateo y un místico.
Tengo amigos que detestan el fútbol, para ellos ese es el verdadero "opio" del pueblo, ¡de la humanidad! "Bizarra escena de teatro y malabares atiborrados de oscuras tentaciones que deshumanizan y asolan por completo cualquier razonamiento meditado", es la agrupada opinión de muchos de ellos. Y todo esto, simplemente, para drenar los instintos y las pasiones más primarias de muchas personas ante la herencia de los ingleses. No obstante, sea para alabarlo o para atribuirle toda clase de culpas, el fútbol requiere de un infinito calambur de adjetivos porque es una pasión sin palabras para muchos y es también un odio visceral de difícil argumentación para quienes no lo soportan, ni lo respiran.
Muchos escritores –partidarios y detractores– han plasmado sus opiniones; sin embargo, como una opinión muy personal, considero que no se ha escrito alguna frase que llegue a suplantar la desbordada pasión de un grito de gol. Solo la muerte tendría el don para expresar algo así. Nadie ha sido capaz de sembrar irrefutables dudas a un hincha con algún aforismo o tesis que demuestre que el fútbol posee más defectos que virtudes. Shakespeare en El rey Lear:"¡Tú, despreciable jugador de fútbol!".Casi una ironía que del mismo suelo surgiera el fútbol y que uno de los mejores escritores de todos los tiempos tampoco tuviera los suficientes argumentos para persuadir a muchas personas contra lo que él consideraba una "miseria", una "frivolidad absoluta". Borges, por su parte, dijo: "El fútbol es popular porque la estupidez es popular". "Detesto el fútbol, es un juego brutal que no requiere un coraje especial, porque nadie se juega la vida..."

Pero también, gracias a un uso diferente de las palabras, ha sido defendido por otros escritores. Mario Vargas Llosa –para mí– ha hecho la que sin duda ha sido la mejor defensa en muy pocas palabras: "El fútbol es como un fenómeno contemporáneo elevado a la categoría de religión laica, la más practicada de todas". Además Vargas Llosa sugiere y aconseja a los amantes de la literatura a comparar y comprobar de qué forma "la buena literatura transforma la experiencia real en mito. ¡Lean crónicas de fútbol!", afirma el escritor. Y allí, les aseguro, hay una relación más ancha que el mundo, más profunda que cualquier pasión y que la muerte no se atreve a separar.
Mario Benedetti fue otro de aquellos que siguió el mítico deporte desde sus suntuosas letras. En su veloz cuento Puntero Izquierdo, Benedetti creó una afición por aquel relato de un jugador que se dejó comprar para favorecer los intereses de otras personas y al final terminó bajo los cuidados de una enfermera.
Las citas de autores defensores y de escritores indignados por el fútbol es casi interminable, es como la discusión de un ateo y un místico; de todas formas, mientras los unos atacan y los otros defienden, al igual que en el propio fútbol, la materia prima de las alegorías, las metáforas, las analogías y todo aquello que sirva para edificar ejemplos es la muestra exacta de una relación de larga duración que se estableció entre la literatura y el deporte más popular del mundo.
El Editor de deportes, Gabriel Meluk, en su columna del 19 de junio 'Tríptico de victoria', fue –para mí– ese ejemplo de absoluta necesidad, ese consejo de Vargas Llosa al pie de la letra; es decir, ¿cómo describir la magia de un buen partido con palabras o argumentos temáticos que no sean las de siempre? ¿Cómo traducir tanta felicidad vivida y devorada por sus propios ojos cuando la pantalla en blanco de su ordenador es más intimidante que de costumbre, y la hora del cierre son las aspas de un ventilador puestas en cualquier reloj? Me gustó, me encantó y, aunque para muchos fuera una exageración, estamos hablando de fútbol, es decir, ¡un sentimiento puro sin palabras!

P.S.: "Aquí no es el Estadio, con protección policial y con esos mamitas que se revuelcan en el área sin que nadie los toque. Aquí si te hacen un penal no te despertás hasta el jueves a más tardar". Mario Benedetti, Puntero Izquierdo.

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