domingo, 13 de enero de 2013

LA HUMILDAD O EL ORO






Los que no viven para servir
No sirven para nada.
Anónimo.



Corría el año 1980, cuando Gregorio pisa suelo norteamericano, gracias a un contrato de trabajo que un peruano asiático le extiende para trabajar en un pequeño chifa en la ciudad de Paterson New Jersey.
Con las cualidades de un modesto trabajador que conoce el arte culinario, Gregorio cumple a cabalidad con lo estipulado en el contrato, dando lugar a la extensión del mismo por algunos meses, luego de los cuales surgen algunas desavenencias que terminan la relación de trabajo. “Me boto” dice Gregorio con la franqueza que lo caracteriza.
Luego del citado desenlace Gregorio no se lamenta del hecho y emprende la búsqueda de una nueva ocupación lo que se le niega una y otra vez, obligándolo a pensar en un negocio propio, usando los pequeños ahorros acumulados durante nueve años. Arriesgándolo todo, confiando en su capacidad de trabajo, se inicia con un pequeño chifa ubicado el 16 de Clark st. Paterson, frente al edificio donde funciona el Consulado Peruano. Como el negocito le iba bien, siente la necesidad de contar con un ayudante de confianza y no duda en llamar a su hermano Segundo (es su nombre) quien arriba a esta ciudad en el año 1990.

Con los nombres dados creo que mis  lectores ya han identificado a los personajes a quienes me refiero, con el respeto que se merecen. Son pues, los hermanos Gregorio y Segundo Huanca, propietarios del acogedor restaurant chifa bar ESTRELLITA DEL SUR, por su puesto con los colores peruanos y con el sabor a Cajamarca- Esperanza como provincia y du distrito Santa Cruz. El restaurant donde la humildad de sus propietarios lo hace más grande aún. Es el lugar de un desayuno social, una despedida, un aniversario artístico, un matrimonio, un debut o despedida de cualquier índole, un homenaje, una presentación política y muchos otros eventos sociales de la comunidad peruana son atendidos con la misma voluntad y entrega, a todos los que lo solicitan, entregándoles el cobro por el derecho de ingreso sin imponerles una contrapartida por este concepto, solo con el requisito de una oportuna solicitud.
Así ellos dos juntos, Gregorio y Segundo, hermanos cajamarquinos, trabajadores incansables, sin convenios ni contratos, tan solo con la confianza de hombres hechos en el trabajo, con la limpieza de mentalidad y honestidad que es propia de los hombres del campo, hacen que ese Gran Restaurant, situado frente a nuestro consulado, sea hoy lo que es, donde los peruanos podemos sentarnos alrededor de una mesa a conversar sobre nuestros problemas, aún sin consumir nada, porque ellos los Huanca les agrada sobre manera la presencia de un compatriota, sea cual fuere su condición social, laboral o profesional. Para ellos ser peruano es una carta de presentación indiscutible.
Los años pasan, la comunidad peruana reconoce esos negocios como una expresión peruana dirigida, trabajada y organizada en forma silenciosa, sin las ínfulas de algunos otros negocios peruanos, que al irles bien se inflan de pecho y se crecen de hombros, en algunos casos, ya son objeto de adulación y pretenden imponer su figura para alguna nominación institucional, sin tener aún el merito para ello. La humildad, el carácter respetuoso de los hermanos Huanca, es el plato fuerte al que ningún peruano ha podido resistirse, prueba de ello es hoy ESTRELLITA DEL SUR, lugar donde “El que no cae resbala”
El trabajo honesto y disciplinado de estos dos cajamarquino, tiene su recompensa cuando en el año 1995, rentan el local que hoy ocupan, para luego adquirirlo en el año 2002 y ampliando su local a como es hoy, inclusive la propiedad de lo que es la pastelería Chantillí.
El local de ESTRELLITA DEL SUR, tiene una capacidad para 260, preparado para cualquier evento peruano o de otra nacionalidad. Aquí no hay ambición o aprovechamiento, solo existe el deseo de servir con honestidad y transparencia.
Como suele decirse “Tras un gran hombre, hay una gran mujer” pues tras los hermanos Huanca, están las hermanas María y margarita Estela, a quienes cotidianamente las vemos tras el mostrador o atendiendo una mesa, y a ellos en la cocina, aderezando algún manjar criollo u oriental (chifa). Esta familia que ya se muestra realizada, siente ya el dominio de su crecimiento, con dos hijos cada uno y uno de ellos, con cuatro nietos. En ellos no hay el ego nocivo de superioridad, ni mucho menos el gesto altivo del dueño triunfador. Ellos la familia Huanca, cuando se trata de servir, no preguntan ni hacen distinción  alguna
Estrellita del Sur se ha dado el lujo de atender a la más distinguida casta política de la ciudad de Paterson y de nuestro propio país. Igualmente a nuestros diplomáticos peruanos de todos los tiempos, desde el doctor Villafana (segundo cónsul peruano) en 1984, seguido por los embajadores como el Doctor Carlos Gamarra Mujica, el embajador, Doctor José Torres Muga, pasando hasta el actual cónsul José Benzaquen y casi todo el personal de la oficina consular, quienes han sido a través del tiempo asiduos comensales de ESTRELLITA DEL SUR RESTAURANT CHIFA BAR.
Verdaderamente es loable y alentador, como una familia humilde de extracción campesina ha podido, primero, mantener la unidad familiar y luego construir una empresa muy bien establecida, en la que no hay ambiciones, ni apetitos de fácil enriquecimiento, teniendo como escudo la honestidad, el espíritu de colaboración  y ayuda con nuestra comunidad.
En Estrellita del Sur, no hay egoísmo, no hay explotación a nuestros hombres y mujeres que cultivan nuestra música, nuestros cantos y nuestros bailes, no se les sub estima con pagos vergonzosos e insultantes. Hay necesidad, si, pero no para insultar justamente a los exponentes de nuestra cultura popular.
 

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