Los que no viven
para servir
No sirven para
nada.
Anónimo.
Corría el año
1980, cuando Gregorio pisa suelo norteamericano, gracias a un contrato de
trabajo que un peruano asiático le extiende para trabajar en un pequeño chifa
en la ciudad de Paterson New Jersey.
Con las
cualidades de un modesto trabajador que conoce el arte culinario, Gregorio
cumple a cabalidad con lo estipulado en el contrato, dando lugar a la extensión
del mismo por algunos meses, luego de los cuales surgen algunas desavenencias
que terminan la relación de trabajo. “Me boto” dice Gregorio con la franqueza
que lo caracteriza.
Luego del citado
desenlace Gregorio no se lamenta del hecho y emprende la búsqueda de una nueva
ocupación lo que se le niega una y otra vez, obligándolo a pensar en un negocio
propio, usando los pequeños ahorros acumulados durante nueve años.
Arriesgándolo todo, confiando en su capacidad de trabajo, se inicia con un
pequeño chifa ubicado el 16 de Clark st. Paterson, frente al edificio donde
funciona el Consulado Peruano. Como el negocito le iba bien, siente la
necesidad de contar con un ayudante de confianza y no duda en llamar a su
hermano Segundo (es su nombre) quien arriba a esta ciudad en el año 1990.
Con los nombres
dados creo que mis lectores ya han
identificado a los personajes a quienes me refiero, con el respeto que se merecen.
Son pues, los hermanos Gregorio y Segundo Huanca, propietarios del acogedor
restaurant chifa bar ESTRELLITA DEL SUR, por su puesto con los colores peruanos
y con el sabor a Cajamarca- Esperanza como provincia y du distrito Santa Cruz.
El restaurant donde la humildad de sus propietarios lo hace más grande aún. Es
el lugar de un desayuno social, una despedida, un aniversario artístico, un
matrimonio, un debut o despedida de cualquier índole, un homenaje, una
presentación política y muchos otros eventos sociales de la comunidad peruana
son atendidos con la misma voluntad y entrega, a todos los que lo solicitan,
entregándoles el cobro por el derecho de ingreso sin imponerles una
contrapartida por este concepto, solo con el requisito de una oportuna
solicitud.
Así ellos dos
juntos, Gregorio y Segundo, hermanos cajamarquinos, trabajadores incansables,
sin convenios ni contratos, tan solo con la confianza de hombres hechos en el
trabajo, con la limpieza de mentalidad y honestidad que es propia de los
hombres del campo, hacen que ese Gran Restaurant, situado frente a nuestro
consulado, sea hoy lo que es, donde los peruanos podemos sentarnos alrededor de
una mesa a conversar sobre nuestros problemas, aún sin consumir nada, porque
ellos los Huanca les agrada sobre manera la presencia de un compatriota, sea
cual fuere su condición social, laboral o profesional. Para ellos ser peruano
es una carta de presentación indiscutible.
Los años pasan,
la comunidad peruana reconoce esos negocios como una expresión peruana dirigida,
trabajada y organizada en forma silenciosa, sin las ínfulas de algunos otros
negocios peruanos, que al irles bien se inflan de pecho y se crecen de hombros,
en algunos casos, ya son objeto de adulación y pretenden imponer su figura para
alguna nominación institucional, sin tener aún el merito para ello. La
humildad, el carácter respetuoso de los hermanos Huanca, es el plato fuerte al
que ningún peruano ha podido resistirse, prueba de ello es hoy ESTRELLITA DEL
SUR, lugar donde “El que no cae resbala”
El trabajo
honesto y disciplinado de estos dos cajamarquino, tiene su recompensa cuando en
el año 1995, rentan el local que hoy ocupan, para luego adquirirlo en el año
2002 y ampliando su local a como es hoy, inclusive la propiedad de lo que es la
pastelería Chantillí.
El local de
ESTRELLITA DEL SUR, tiene una capacidad para 260, preparado para cualquier
evento peruano o de otra nacionalidad. Aquí no hay ambición o aprovechamiento,
solo existe el deseo de servir con honestidad y transparencia.
Como suele
decirse “Tras un gran hombre, hay una gran mujer” pues tras los hermanos
Huanca, están las hermanas María y margarita Estela, a quienes cotidianamente
las vemos tras el mostrador o atendiendo una mesa, y a ellos en la cocina, aderezando
algún manjar criollo u oriental (chifa). Esta familia que ya se muestra
realizada, siente ya el dominio de su crecimiento, con dos hijos cada uno y uno
de ellos, con cuatro nietos. En ellos no hay el ego nocivo de superioridad, ni
mucho menos el gesto altivo del dueño triunfador. Ellos la familia Huanca, cuando
se trata de servir, no preguntan ni hacen distinción alguna
Estrellita del
Sur se ha dado el lujo de atender a la más distinguida casta política de la
ciudad de Paterson y de nuestro propio país. Igualmente a nuestros diplomáticos
peruanos de todos los tiempos, desde el doctor Villafana (segundo cónsul
peruano) en 1984, seguido por los embajadores como el Doctor Carlos Gamarra
Mujica, el embajador, Doctor José Torres Muga, pasando hasta el actual cónsul José
Benzaquen y casi todo el personal de la oficina consular, quienes han sido a través
del tiempo asiduos comensales de ESTRELLITA DEL SUR RESTAURANT CHIFA BAR.
Verdaderamente es
loable y alentador, como una familia humilde de extracción campesina ha podido,
primero, mantener la unidad familiar y luego construir una empresa muy bien
establecida, en la que no hay ambiciones, ni apetitos de fácil enriquecimiento,
teniendo como escudo la honestidad, el espíritu de colaboración y ayuda con nuestra comunidad.
En Estrellita del
Sur, no hay egoísmo, no hay explotación a nuestros hombres y mujeres que
cultivan nuestra música, nuestros cantos y nuestros bailes, no se les sub
estima con pagos vergonzosos e insultantes. Hay necesidad, si, pero no para
insultar justamente a los exponentes de nuestra cultura popular.
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