por:
Guildo Araníbar Segovia
La tarea prioritaria
de toda la comunidad hispana es la exigencia inmediata de la reforma
migratoria.
Circunstancias políticas inéditas hacen posible esta ley, tan ansiada por millones de
familias que trabajan de sol a sol sin documentos y sin derechos.
El primer hecho a favor de la reforma migratoria
fueron los resultados de las elecciones de noviembre del 2012. El partido
demócrata acertó al elegir la opción del voto hispano. Un paso decisivo fue el
decreto presidencial del permiso temporal a los jóvenes del Dream Act. Aunque
no fue una ley como lo piden los jóvenes soñadores, si fue un paso concreto de
la administración Obama para acercarse al voto hispano.
El partido del elefante tomó la decisión contraria.
Buscó el voto del pueblo americano a través del odio racial al hispano.
Impulsaron leyes abyectas y racistas en varios estados donde gobiernan, el caso
más horrible fue Arizona con la SB 1070 y luego Alabama con la SB 80. Ni
siquiera pararon la mano cuando su plan xenofobista desencadenó la atroz
matanza de Tucson donde una senadora demócrata fue herida mortalmente por un
seguidor de la ley SB 1070.
Tanto los burros como los elefantes cosecharon lo que
sembraron. En una muy reñida elección el pueblo americano se debatió entre la
opción Obama y Romney. Las elecciones previas
comenzó fulminante a favor de Romney, varios estados le diron su confianza,
para el 6 de noviembre, Romney se creía vencedor e incluso se preparó un
extraordianario escenario lujosísimo para celebrar la victoria.
Obama se sentía perdido, sus asesores empezaron a
aceptar una probable derrota.
Todo
empezó a cambiar cuando en los estados con presencia mayoritaria hispana
arrojaron los primeros resultados. Nevada, New Mexico y Colorado trajeron las
primeras sonrisas a los demócratas; luego le siguieron Ohio, Virginia, Oregon,
California, Pennsilvanya, y otros cambiaron el destino de las elecciones,
terminando con 206 voto electorales a favor de los republicanos y 332 con los
demócratas; Obama había ganado las elecciones.
Los
votos hispanos son pocos dentro de los 300 millones de americanos, pero en
noviembre se hicieron sentir muy importantes porque los contendores iban a las
justas, es allí donde la cuota de votos hispanos inclinó la balanza a favor de
la administración obama.
De estos resultados la realidad impuso políticamente a
ambos partidos un diagnóstico de hierro: el voto hispano y el pueblo hispano no
puede ser soslayado, nunca mas!
Despues de noviembre todo cambió. Muchos líderes
republicanos castigaron y condenaron severamente al equipo de Romney por su
fracaso y su táctica de odio racial. No solo criticaron
públicamente, también pasaron a la acción. El ex presidente Bush (hijo) realizó
una conferencia con líderes relisgiosos y resaltó el aporte de la comunidad
hispana al progreso de la nación, no solo en términos culturales si no
sobretodo en la economía y la producción, destacando el carácter laborioso de
los millones de hispanos que se encuentran en el país, dijo claramente: “No
podemos dejar de admirar y agradecer como millones de familias hispanas día a
día trabajan junto a nosotros por hacer viable esta gran nación, ellos se han
gando un lugar importante y debemos acogerlos incluso a aquellos que no tienen
un situación regular migratoria” (Today, edición semanal).
Hablan las encuestas
Gallup ha realizado tres encuestas nacionales en
Estados Unidos. En ellas la curva de aceptación del pueblo americano a favor de
una reforma migratoria ha ido siempre en ascenso. Hacia finales del 2010 solo
un 37% estaba de acuerdo con regularizar los indocumentados. En el primer
trimestre del 2012 la cuota de americanos a favor subió a 49%. Hacia octubre
del 2012 la encuesta arrojó un 62% de americanos aprobaban que se de una
amnistía a los hispanos sin documentos.
La voz del pueblo en Estados Unidos también está
empujando a los representantes del Congreso, tanto demócratas como republicanos
a cumplir un mandato imperativo: dar una ley que saque de las sombras a
millones de seres humanos, familias completas que viven años sin derechos y sin
futuro.
Obama está comprometido
El presidente Obama en su primer discurso del segundo
mandato desde Las Vegas (Nevada) pidió al Congreso que apruebe la nueva
legislación cuanto antes, presionando a los legisladores como no lo hizo
durante sus primeros cuatro años en la Casa Blanca. Un día después, en dos
cadenas de televisión hispana, Obama ha llevado ese compromiso más allá:
“Invertiré en la reforma todo lo que tengo”, aseguró.
“Siento la esperanza de que podemos conseguirlo y no
creo que debamos tardar muchos meses”, declaró el presidente ante el periodista
José Díaz-Balart, presentador de Telemundo. “Creo que es algo que podemos
lograr este mismo año y me gustaría que incluso antes, si es posible, en la
primera mitad de 2013”.
Los republicanos están obligados
El
Partido Republicano ha decidido que sea el senador por Florida, Marco Rubio,
quien dé la réplica al discurso sobre el estado de la Unión que el presidente
Barack Obama pronunciará el próximo martes 12 de febrero.
El senador es uno de los principales impulsores del
pacto bipartito sobre la reforma migratoria que se presentó hace dos semanas en
el Senado y el encargado de promoverlo entre el sector más conservador y reacio
de su formación.
La designación de Rubio para dar la réplica al
presidente supone la consolidación del senador como una de las figuras con más
proyección e influencia de su partido –su nombre está en todas las quinielas
para la carrera hacia la Casa Blanca en 2016-. Una prueba de su pujanza es el
hecho de que su rostro protagonice la portada de esta semana de la revista
Time, bajo el titular, “El salvador republicano” .
El Senador republicano ha anunciado que en su discurso
abordará el compromiso con la reforma migratoria, una clara determinación de
los republicanos por atraer al electorado latino.
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