Hablando de caretas, tratemos de la reciente vuelta
en U que acaba de realizar el gobierno de Humala, dando argumentos a la derecha
respecto al rol protagónico que tiene Nadine Heredia al frente del gobierno del
“sacolargo” Ollanta Humala. Bastó que los medios de derecha insistan en el
supuesto bolivarianismo de Humala, al intentar la compra de Repsol, para que
unas ambiguas declaraciones del presidente “nacionalista” ante el felpudini de
la Confiep, y hoy fujimontesinista vergonzante, Nicolas Lúcar, despertaran el
verdadero odio de clase de la oligarquía peruana contra cualquier intento de
estatizar un bien que podría resolver los problemas energéticos de todos los
peruanos.
Y no se trata de que comprar la
Repsol sea un objetivo a ojos cerrados. Por el contrario, la recuperación de La
pampilla que Fujimori regaló a los españoles por 170 millones de dólares, hoy
es un monumento a la incompetencia del capitalismo neoliberal, ese que cree que
hay que invertir poco o nada pero si exprimir económicamente a los usuarios,
(léase pueblo) hasta que éste llegue a la desesperación.
El caso es que el Estado antiperuano que nos gobierna,
no hace lo que debiera hacer, una auditoría de la Repsol, que revele los
incumplimientos de contratos, como el de la inversión para mejoramiento de
activos, lo que debiera tener como respuesta una demanda por incumplimiento de
contrato. Otro tema que debiera ponerse en el tapete debiera ser respecto a las
contribuciones
tributarias. Porque lo mas seguro
es que por allí debe haber gato encerrado. Las empresas capitalistas, SIN
EXCEPCIÓN, hacen trampas para defraudar al Estado en cuanto a tributaciones se
trata. Con mayor razón si estas tratan con un Estado corrupto como el que
gobierna el Perú.
Es probable que la Repsol deba
tanto al pueblo peruano que su valor de compra fuera una patada en el trasero y
a volar. Por eso a los sectores honestos del pueblo, especialmente a los
trabajadores, despertaba suspicacia que el Estado haya hablado de ofrecer 400
millones de dólares por esa chatarra que debiera ser expropiada sin pago
alguno. En cuanto a los supuestos dos mil millones de dólares que según los
tramposos de la Confiep habría que invertir en La Pampilla, si eso fuera cierto
¿Qué pues? acaso en la supuesta restauración de los “colegios emblemáticos” no
se invirtió alrededor de 500 millones de dólares que no han resuelto en nada el
problema de la educación en el Perú.
Por otra parte, ¿no fue acaso una
promesa de campaña de Humala reducir el costo de los combustibles? Humala,
entonces, decía que el precio de los combustibles estaba relacionado con la
propiedad del sistema de extracción del petróleo en el Perú. Señalaba, el hoy
taxista de la hoja de ruta oligárquica, que producir un barril de petróleo en
el Perú costaba entre 9 a 12 dólares por barril, pero como nuestro petróleo lo
extraen las empresas transnacionales, ellas lo venden a la refinería de Talara
al precio internacional que a veces sobrepasa los 90 dólares por barril.
Si el petróleo fuera nuestro,
llegaría a Talara a máximo 15 dólares considerando costos de transporte entre
otros y eso posibilitaría un precio menor de los combustibles que hoy lucran a
empresas como Repsol, sobre la miseria de la mayoría de peruanos.
¿Hay solución a esa terrible realidad?
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