Paginas Libres no puede alegrarse del mal ajeno, pero si siente satisfacción cuando
la justicia favorece a los pueblos y en el caso que trataremos a continuación,
consideramos que esta vez, el presidente Ollanta Humala, procedió con justicia.
La negativa de indulto al ladrón
y genocida expresidente Alberto Fujimori Fujimori, no ha generado un
levantamiento popular como vaticinaban sus partidarios y sus medios de prensa,
esos que recibieron montañas de dinero por la venta de sus líneas editoriales y
que hoy fungen de virginales.
Son ellos quienes repiten
insistentemente unas mentiras que es preciso desenmascarar:
“Fujimori es el mejor presidente
que ha tenido el Perú”, insiste Keiko Fujimori, pero su padre aceptó ante la justicia
peruana ser un ladrón. Admitió haber malversado fondos para pagarle el silencio
a Vladimiro Montesinos con 15 millones de dólares. Pero eso no es todo. Aun
queda por resolver cual es el destino que tuvo 6 mil millones de dólares,
producto de las privatizaciones y que aun no se encuentran. Por otra parte, los
crímenes de Estado que llevó a cabo el grupo Colina y que están demostrados en
más de 280 pruebas contundentes registradas en la sentenciade Fujimori, entre
otros delitos que no han podido llevarse a juicio por impedimento de las leyes
de extradición, como el caso de las esterilizaciones forzadas, entre muchos
otros crímenes...
“Fujimori, acabó con la
inflación”. ¿Estamos hablando del mismo canalla que perpetró el “fujishock” que
borró del mapa a la clase media y hundió en la mendicidad brutal a los pobres?
El regalo de frejoles, arroz y una lata de leche con que compraba
rutinariamente el voto de los más infelices no refleja ningún acto de bondad.
Los votos del fujimorismo actual, basados en el recuerdo de dádivas, sólo
pueden mostrar la indignidad a la que arrojó a una parte muy considerable de
nuestro pueblo.
“Fujimori generó las condiciones
económicas que hoy disfrutamos”. La desaparición de las industrias y la
reconversión del Perú a la condición de colonia exportadora de materias primas,
no es precisamente una buena condición. Ya el Perú ha pasado por ese tipo de
economías y el resultado final solo augura un desastre mayor. Recordemos la
bonanza generada por el guano en el siglo XIX, luego la etapa de los enclaves
en la minería y el azúcar. Allí están los pueblos mineros del Perú, como Junín
y Cerro de Pasco, hundidos en la miseria. Allí Cajamarca, con tanto oro robado
por la minera Yanacocha, y el pueblo cajamarquino es de los de peores ingresos
de todo el Perú. Gracias a Fujimori.
Fujimori acabó con las leyes
laborales que permitían a los trabajadores conseguir mejoras económicas y
laborales, destruyó la cultura, creando la cultura chicha basada en la
mediocridad. ¿Que construyó escuelas? Claro, fue la excusa para robar. Se
presupuestaban esas escuelas en un precio y terminaban costando 10 veces más.
Igual que Castañeda que aprendió bien de su maestro Fujimori.
“Fujimori acabó el terrorismo”, pisoteando todas las leyes lo
que se impuso fue el terrorismo de Estado, que acabó con el terrorismo político
pero creó las condiciones para la sociedad violenta en que está convertido el
Perú.
“Disolver, disolver...” El dictador que proclamó con ferocidad el fin del
régimen democrático surgido de la constitución del 79 e impuso su dictadura por
la fuerza de las armas, no puede ser considerado como un buen presidente. Por
eso, para ejemplo de las nuevas generaciones de peruanos que no conocieron la
brutalidad con la que Fujimori estafó al Perú, es bueno que lo vean en la
cárcel pagando por todos sus crímenes.
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