sábado, 17 de agosto de 2013

Tú también lo lograrás



  




Por Rosa Maria Contreras



La entrevista periodística, aquél mecanismo de preguntas cuyo fin es obtener información sobre temas de interés general para difundirlo por un medio de comunicación, es el eje de la relación trilateral entre Comunicación, Historia y Sociedad.
Estudiando periodismo, conocí el concepto de aquello que como buena preguntona practiqué empíricamente desde niña, la entrevista. Un día se invirtieron los roles y fui entrevistada por la página Optimismo de un conocido diario en Lima Perú.
Sección semanal que, promoviendo a las personas con discapacidad, inspiraban (e inspiran) seguir los pasos de su autora, la señorita Carmen Silvia Pitot. Su leve deformación en las piernas, notorio sólo cuando camina, es nada comparado a los éxitos que alcanzó como periodista especializada en temas humanos.
Como en todo proceso de auténtica relación bilateral definido por la libre disposición de dar y recibir, la entrevista puede ser también -y me atrevo a afirmar que es, al momento de producirse- fruto de la apertura, disponibilidad y acogida del entrevistado, unida a la inquieta curiosidad, sencilla personalidad, y recatada insistencia del investigador; cualidades  que se evidenciaron en ella.

Y de la que me percaté, al fluir espontáneamente una callada y expresiva dualidad comunicativa, similar a una relación entre alumna y profesora. Como estudiante del segundo ciclo, esa mañana aprendí objetiva y experimentalmente,  lo importante de ser educados y atrevidos, genéricos y específicos, humildes y elocuentes;  y sobre todo respetuosos y agradecidos con nuestros entrevistados.
Durante ese encuentro pedagógico profesional con la señorita Pitot, tuve la agradable, segura, y novedosa percepción de triunfar aún las dificultades. En la expresión alegre de mi interlocutora leí un mensaje que me decía sin palabras: “Fíjate, yo pude. Tú también lo lograrás”.
         Cuántas veces en mi lecho familiar se moldeó igual reflexión sin efecto alguno. Ante el testimonio vivo de una persona vencedora, el  rumor de las aguas se trasladaban a nuevas  corrientes para permitir se refresquen las riberas de mi vocación comunicacional, que se alimentó con valiosas experiencias como ésta.
         (No sé si por identificación, empatía o disposición, esta entrevista fue guiando el camino de mi formación profesional, acentuada -y sin haberlo notado- con la libre disposición de laborar sin cansancio y avanzar aunque despacio: siendo, haciendo, y creciendo con los pies bien puestos sobre la tierra).
La entrevista periodística, como primer paso en el proceso de recolección informativa, yace implícita en toda noticia; así como el diálogo, primer recurso de comunicación introspectiva, está presente de modo subyacente en la humana conciencia.
Nadie se engañe con la hipótesis  de que en el oportunismo encontrará la plenitud personal o profesional;  ésta se conquista como al amigo con la lealtad, tras la diaria y desenmascarada entrevista personal... cuando al mirarse en el espejo de la realidad (constatando que todavía quedan cientos de situaciones por resolver o mejorar) se elige escuchar y proceder según el mensaje de una conocida voz que repite hasta la saciedad: “Si persistes una vez más… tú también lo lograrás”.

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