Periodista: ¿Has perdonado a los
militares que mataron a tu hijo?
Mamá Angélica: Manan. Nunca. Cuando yo muera olvidaré, hasta la fecha yo los odio
mamacita, no estoy tranquila, porque estaba durmiendo tranquila y haciendo
desaparecer no es poca cosa para olvidar señorita.
P: ¿Después de tantos años de
donde saca esa fuerza?
MA:
Los que han llevado a mi hijo, eso me ha dado como golpe, por eso nunca olvidé
y agachar nada, por eso a los militares yo les odio, francamente, una cosa mía,
los mataría a ellos también, tranquilizaría derrepente, eso me da fuerza
mamacita.
Testimonio
de una madre ayacuchana
Hace 10 años Salomón Lerner, presidente de la Comisión de la Verdad y la
Reconciliación, leyó a todos los peruanos un resumen de un documento que ha
causado muchas controversias pero muy poca Justicia.
A lo largo de todos estos años, la sóla mención del documento ha
polarizado a los peruanos hasta llegar a la conclusión de que, mientras no haya
Justicia, no habrá reconciliación que era, supuestamente, el objetivo de la
CVR.
Aunque puedan ponerse en duda las cifras de muertos, de lo que se llamó
“guerra sucia” entre el Estado peruano desalmado y terrorista que, siguiendo al
pie de la letra manuales de contrainsurgencia empleados por las tropas de EEUU
cuando sin causa alguna invadieron Vietnam, lo cierto es que hubo miles de
muertos, la mayoría de ellos víctimas inocentes, asesinados por la acción
militar del Estado que, en lugar de proteger a las poblaciones que padecían la
criminalidad también terrorista de Sendero Luminoso, actuaron peor que aquellos
a quienes enfrentaban.
Se señala que la mayoría (75%) de las más de 70 mil víctimas eran
indígenas, quechuahablantes, se destaca también, que muchas acciones contra la
infraestructura eléctrica fueron ocasionadas por empresas que eran favorecidas
por el estado de emergencia que permitía a los gobiernos pasar por alto las
licitaciones para, por ejemplo, reconstruir torres de electricidad.
La información de que durante el gobierno de Belaúnde se ocasionó el
mayor número de víctimas, indica la naturaleza agresiva de una clase racista y
enemiga de los indígenas representada por el arquitecto. En contraste, el
fujimontesinista Trelles, a nombre de la totalidad de la mafia que representa
espetó en voz alta “¡Nosotros matamos menos!”, como si esa fuera una virtud.
Las criminales acciones de Sendero Luminoso, sirvieron para destacar dos
hechos, Primero, que la clase social que domina el poder en el Perú siente que
la mayoría de peruanos no somos sus semejantes. Están más próximos a los conquistadores
europeos que invadieron el continente, por lo que para ellos, el Perú sigue
siendo un botín lleno de riquezas naturales, al que los piratas gobernantes se
creen con derecho.
Segundo, no hay ninguna
posibilidad de llevar al bienestar a Perú y sus habitantes si no se libera de
quienes hoy los despojan de las riquezas naturales y del enorme recurso que
proviene de la fuerza laboral, si no es pensando y actuando para lograr una
sociedad en la que los productores tomen el control del poder político y
económico.
No hay olvido ni perdón, señalan con reiterada fuerza quienes padecieron
el terror, especialmente el que produjo más muertes, y victimas sobrevivientes,
el terrorismo del Estado peruano. Aun no se puede lograr la justicia que
merecemos los peruanos, porque los culpables están en el poder, gobernándonos.
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