domingo, 8 de septiembre de 2013

El imperio quiere sangre








Las mentiras que usó Bush para humillar en sangre a Irak hoy justifica la agresión al pueblo sirio

 Por Brian Becker






Los más grandes proveedores de la violencia en el mundo se presentan como los más grandes proveedores de intereses humanitarios en el mundo. Ni una palabra sobre las consecuencias reales de un ataque. La administración Obama promete implícitamente al pueblo estadounidense que sólo sirios sangrarán en esta nueva “guerra”. Con esta promesa esperan que el pueblo no se levante contra un gobierno que comete crímenes de guerra en su nombre.

El ataque criminal planeando contra Siria está basado en mentiras no difíciles de exponer.
El gobierno sirio recibió una solicitud formal de Naciones Unidas el sábado 24 de agosto para permitir el acceso de un equipo de inspectores a los suburbios de Damasco, para determinar si se habían utilizado armas químicas. El gobierno sirio concedió el permiso al día siguiente, domingo 25 de agosto.
Funcionarios de la administración Obama declararon de inmediato que las inspecciones ya no importaban porque el gobierno sirio había retrasado el acceso de los inspectores de armas de la ONU al sitio. De hecho, altos funcionarios de Estados Unidos llamaron al Secretario General de la ONU, Ban Ki -Moon, el 25 de agosto (cuando Siria acordó que los inspectores podían hacer la visita) exigiéndole que cancelara las inspecciones de armas porque ya “no tenían sentido” (Wall Street Journal, 26 de agosto 26).

La demanda contra Siria es absurda. El gobierno sirio no usaría armas químicas sabiendo que sería detonante para la intervención militar de la OTAN. El gobierno estaba ganando la guerra. Los grupos rebeldes apoyados desde el extranjero sólo pueden ganar la guerra si Estados Unidos y/o la OTAN intervienen directamente.
Cada ataque imperialista y todas las estrategias de cambio de régimen de inspiración imperialista, requieren un pretexto y una justificación pública. Se hace necesario una causa noble para justificar la agresión. Ya que estamos en el siglo 21 y no del siglo 19, los políticos del capitalismo occidental tiene que ocultar y enmascarar su depredador objetivo, ya que habitualmente bombardean y matan a la gente –en el Medio Oriente, Asia y África– que se resiste a que sus tierras y recursos caigan en manos de las corporaciones occidentales, los bancos y los intereses comerciales.
“La opinión pública” necesitó una motivación humanitaria para el bombardeo de Afganistán en el 2001, Iraq 2003, Libia 2011 y Siria en el 2013. Los más grandes proveedores de la violencia en el mundo se presentan como los más grandes proveedores de intereses humanitarios en el mundo. Siria no está amenazando a Estados Unidos ni nadie en el gobierno de Obama sugiere que una amenaza es real . Por lo tanto, los ataques militares planificados contra Siria son una violación a los Estatutos de las Naciones Unidas y del derecho internacional.

Los estatutos de la ONU y la autodefensa
Intensificando una guerra que podría tener consecuencias regionales y mundiales devastadoras, la administración Obama se está inmiscuyendo en un juego peligroso.
Los Estados Unidos y Siria son miembros de Naciones Unidas y signatarios de los Estatutos de la ONU que establecen como ilegal que un país miembro ataque a otro, salvo en el caso de defensa legítima.
Los cálculos de la administración Obama sobre por qué puede y debe bombardear Siria no se basan en la idea de la “legalidad”, sino en el poder y sólo en el poder. Piensan que Siria es tan pequeño y vulnerable que no será capaz de defenderse o de tomar represalias contra objetivos estadounidenses.
Pero el Artículo 51, Capítulo VII, de la carta de Naciones Unidas deja claro que Siria tendría esos derechos en caso de un ataque no provocado: “Ninguna disposición en estos estatutos menoscabará el derecho intrínseco de legítima defensa individual o colectiva en caso de un ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacional” (Artículo 51, Capítulo VII).
La presunta incapacidad de Siria para tomar represalias es la suposición tácita de los planificadores de la guerra estadounidenses y sus fanáticos seguidores en los medios de comunicación. ¡La guerra hecha fácil!
Ni siquiera se habla de las posibles consecuencias de un ataque no provocado contra Siria. La administración Obama le promete implícitamente al pueblo estadounidense que sólo sirios sangrarán en esta nueva “guerra”. Con esta promesa esperan que el pueblo no se levante contra un gobierno que comete crímenes de guerra en su nombre.
Durante los próximos días el pueblo saldrá a las calles en todo Estados Unidos para decir NO a una nueva campaña de bombardeos en el Oriente Medio. Únete en la organización de estas manifestaciones. ¡Ahora es el momento de actuar!
Para organizar las manifestaciones contra la guerra en Siria en ciudades y pueblos de los Estados Unidos, la Coalición ANSWER, necesita con urgencia su contribución.

Brian Becker es coordinador nacional de la Coalición Answer / Traducción: Fernando A. Torres (LatinOPen).


Suenan los tambores de guerra. Una vez más en nombre de la paz.
Los mismos que inventaron la mentira de que en Irak habían armas de destrucción masiva y luego de  ocasionar más de un millón de muertos en ese país, de haber destruído ciudades enteras, de haber empujado tropas al saqueo contra uno de los más antiguos vestigios culturales en Bagdad, hoy pretenden seguir el mismo juego en Siria.
Se habla de que en ese país, el gobierno de Bachar al Asad ha usado armas químicas para atacar a su pueblo. En tanto que la prensa alemana tiene información de buena fuente de que esas armas habrían sido usadas por los rebeldes para, precisamente, provocar la intervención de EEUU.
El parlamento inglés, ya negó el apoyo del Reino Unido a esta nue va aventura bélica, pero el Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, cabildea en el Capitolio con voz vampirezca exigiendo el derramamiento de más sangre en Siria
 

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