lunes, 27 de octubre de 2014

Perú a la derecha, Sudamérica a la izquierda




Por Raúl Wiener


Si algo se está escapando de los balances electorales
del 5 de octubre, es lo que está pasando en el entorno
sudamericano y la manera como estamos quedando
colocados frente a las preferencias de nuestros vecinos.
Como es evidente lo que acaba de pasar en el Perú, con
algunas excepciones, implica un profundo giro a la derecha respecto a las
tendencias que estaban a la vista en el 2010 y 2011. Lo más a la izquierda
que se inclinaron los electores peruanos, fue a elegir a Humala con su
programa de “gran transformación”.
Ya se sabe que el presidente nacionalista, por debilidad o conveniencia,
desertó de sus compromisos electorales y prefirió entenderse con sus
enemigos de la víspera. Así el Perú quedó fuera de la corriente progresista
y crítica al neoliberalismo, y se alineó con el proyecto pro Estados Unidos
que Alan García armó a las apuradas antes de dejar el poder: la ahora llamada
Alianza del Pacífico que agrupa a los gobiernos más conservadores
de América Latina. En fin, Humala pasó de amigo de Chávez, Lula y Evo,
a pata de Peña Nieto y Santos, como si juntos representaran un proyecto
en común.

Pero, ¿qué ha venido ocurriendo en la mayoría de países de la UNASUR
que han tenido o están teniendo elecciones recientes. Veamos: mientras el
5 de octubre, en Lima, Castañeda ganaba al galope y le quitaba el municipio
de Lima a la izquierda, en el inmenso Brasil, el PT de Dilma Rousseff
se imponía en una disputa que por algún momento pareció escapársele de
las manos por la ambigua amenaza de una ecologista exradical, que decidió
hacer puente con el neoliberalismo. La posibilidad de voltear al gigante
carioca a la derecha todavía no ha desaparecido del todo, pero las estimaciones
de segunda vuelta dan hasta ahora ventaja a la Presidenta.
En Bolivia, este fin de semana, Evo Morales corre prácticamente solo y las
apuestas tienen que ver con el porcentaje que obtendrá para imponerse en
una sola vuelta. En Chile, a comienzos de año, la remozada derecha pinochetista
fue apabullada por una Bachelet que prometía un gobierno a la
izquierda del que hizo hace cuatro años. En Uruguay todavía estamos en
las fases previas a la elección donde el Frente Amplio intentará un tercer
período de gobierno.
¿Qué quiere decir todo esto? En primer lugar que lo que pasa en el Perú,
donde nos están pintando una historia de horror para el 2016: escoger
entre Keiko y García, no tiene relación con el estado de ánimo electoral en
la mayor parte del subcontinente.
Los sudamericanos quieren ser política y económicamente más autónomos.
Los peruanos que hemos pasado por la traición de Humala estamos
mucho más errático, desilusionados y casi cínicos a la hora de votar. Habrá
que ver qué ocurre de aquí a dos años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario