Por Carlos Felice
Es
imperativo aclarar el papel que juega y debiera jugar la prensa en nuestra
comunidad. No se trata de buscar los tres pies al gato, como me señalaba un
miedoso a la verdad, solo hay que poner los puntos sobre las íes, porque cuando
nos dan circo todas las semanas, solemos reclamar circo. La prensa no es eso,
es mucho más. Es informar, comunicar, educar, sobre los diferentes
acontecimientos que suceden a nuestro alrededor o los más cercanos
primordialmente. Ello es nuestra materia (prensa alternativa).Los
acontecimientos lejanos se los dejamos a la media, o medios masivos de
comunicación. Nuestra materia es aquí mismo, donde las papas queman, aquí mismo
donde nos pretenden engañar, aquí mismo donde tenemos que levantar nuestras
voces como medio comunitario. Claro está, tenemos una perspectiva de ver la
realidad, diferente a como otros la cuentan y por eso somos incómodos, por ello
pretenden silenciarnos y van a seguir intentándolo con todos los medios que
tienen a su alcance, y nosotros consecuentemente vamos a seguir diciendo lo que
pensamos porque nos asiste la razón.
En Paginas
Libres, estamos acostumbrados a esas arremetidas porque
estamos educados para resistirlas: cuando hay compromiso con una causa justa,
no importa ni el poder, ni el dinero. Los principios son nuestra savia, y es lo que hace que funcione todo
este proceso de confrontación con otras formas de contar la verdad y, tenemos
que ser enfáticos al señalar a este colectivo de profesionales que donan su
tiempo y su espíritu sin esperar peculio alguno. Qué lejos a la verdad están
aquellos que nos señalan como
asalariados de algún poder de nuestra comunidad. Nuestra independencia no la
subyugamos a nadie, solo a la verdad que, en forma irrestricta, brindamos a nuestros
lectores. Tomamos partido, “si lo hacemos” cuando evaluamos que es necesario y
no nos rasgamos las vestiduras como algunos que gritan independencia y son
fácilmente sojuzgados por el poderoso caballero que es don dinero.
Las
muestras de lealtad y participación con las causas justas de nuestra comunidad
son elocuentes, pero nos tienen en la mira porque somos ajenos a sus intereses
a los que anteponemos nuestros principios, que pena por ellos, seguiremos
porfiando en un medio donde nos cierran todas las puestas, donde seguramente
seguirán intercediendo para que no tengamos publicidad, pero no saben que nos
están dando la razón y de esta forma dándonos la fuerza para seguir en esta
lucha desigual. Nuestro pecado, “DECIR LA VERDAD”. Pero no se entienda que pretendemos ser
dueños de la verdad, en absoluto, somos seguidores de ella, y si nos
equivocamos, somos hidalgos y damos las muestras y satisfacciones de nuestros
errores, si las personas que se sienten ofendidas o tocadas por el exabrupto de
algún miembro del colectivo, los invitamos a enviarnos una misiva y será
suficiente para darles las satisfacciones, si correspondiera. De lo contrario,
estableceríamos inmediatamente un diálogo alturado para dar soluciones a sus
demandas.
En Paginas
Libres, seguimos comprometidos con la libertad de expresión, que es madre de la
libertad de prensa, con ello no pretendemos herir susceptibilidades, pero en
ocasiones la verdad hace mas daño que la daga del más fino acero. Nuestro
compromiso con estas premisas datan ya de varias décadas y si elegimos esta
difícil profesión en la cual solemos ser incomprendidos, incluso por los más
cercanos y entrañables, también solemos gozar de satisfacciones poco conocidas
como son el haber sido causantes de discusiones y soluciones a los problemas de
nuestra comunidad.
Es un
momento crítico en nuestro pequeño GRAN MEDIO ALTERNATIVO, pero no es el final,
al contrario ante la adversidad anteponemos el optimismo y estamos presentando
un nuevo formato, un diseño de avanzada, nuevos compañeros, solidarios y
fraternos que vienen a engrandecer este sueño de un loco soñador que ha
pretendido tocar las nubes con los dedos, el compromiso está más vivo que nunca
, a nuestros lectores los invitamos a esta afable complicidad de nuestros
escritos con la sinceridad de siempre. A
ellos, queremos regalar una frase de Don
Miguel de Unamuno, cuando las tropas del fascismo entraron a la Universidad de
Madrid. “Podrán vencer, pero no convencer, porque para convencer hace falta
algo más que la fuerza, la RAZON y ella
no la tienen”
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