Por Manuel Cunza G.
La parada peruana que cada año recorre tres ciudades
del condado de Passaic, es casi una vitrina, donde podemos mostrar, lo mejor de
nuestra peruanidad, en cualquier campo del saber humano; así el criterio de
nominar al mariscal de la parada; el padrino y madrina nacional y otras
personalidades, deben considerar una estricta evaluación de los personajes,
cuidando, su moral; su don de gente; su espíritu de colaboración; su
preocupación por todo lo peruano y su desprendimiento, a favor de algo, por la
causa peruana; un título profesional que enorgullezca al Perú o un acto de
valor en pro de los peruanos.
Las
nominaciones, ya lo dijimos en notas pasadas, deben hacerse con transparencia y
mucha delicadeza, evitando el
compadrazgo; el amiguismo y el oportunismo. Las personalidades que
lleven la banda de peruanidad en la parada, deben tener la aceptación
mayoritaria de la comunidad peruana; no se trata de pagar favores o mostrar
simpatías a quienes exhiben deméritos. Es el caso del ex presidente (2005), que
pretende chilenizar la parada, como si entre nuestros compatriotas no existiera
personas de valía, con y mejor cualidades.
Este mismo
criterio debe usarse, para otorgar distinciones y reconocimientos en el juego
que quiere impulsarnos a creer que un extranjero se merece nuestro
reconocimiento, pero quien es, que hizo por nuestra comunidad o que dieron a la
institución de los peruanos; se comenta ya, posibles nombres a ser reconocidos,
dentro de ellos un chileno, esto me hace recordar: los presidentes Toledo y
Alan García, chilenizaron el Perú y un
ex presidente expulsado chileniza la Parada Peruana.
Se está proyectando una placa de reconocimiento, a
uno de estos amigos extranjeros en la fiesta gala. Esto significaría la afrenta
a nuestra comunidad peruana, a personajes cuyo merito es haber sido estrechos
colaboradores del Sec. De Economía renunciante y expulsado de la institución.
Si el Sr. Moore, pretende aprovecharse de la
confianza que le brinda el presidente de PPInc.; primero debe clarificar su
situación personal con la institución y luego probar los meritos de los
extranjeros para hacerles merecedor de distinciones, pasando por alto, los
derechos y meritos hombres y mujeres compatriotas, que desde la sombra y con
sus actividades honestas y deben ser reconocidos por nuestra institución
representativa. No es merito para nadie el haber sido estrecho colaborador con
un dirigente expulsado.
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