Detrás
de las repartijas blanqui “rojas”
“Ser joven y no ser revolucionario,
es una contradicción hasta biológica “
-‑Salvador Allende
Por Rosemary Malpartida
Crisis
política y social en el país y en nuestra izquierda, política neoliberal con la
que nos ataca el Estado, Ley Servil, imposición de una la Ley universitaria,
huelga indefinida del sector salud, pacientes muriendo, caminar día a día y
encontrar ancianos, jóvenes y niños sumidos en la miseria mendigando por un
pan.
Con todos estos y otros problemas que existen
en nuestra sociedad, no perdamos tiempo y trabajemos por la construcción de una
generación solida, que no responda a apetitos individuales, porque cualquiera
puede tener sus cinco minutos de fama, pero eso pasa y luego ¿qué queda?. Una
experiencia más de ello ya lo vimos con el movimiento de los indignados #22J,
donde salimos más de 6 mil jóvenes a las calles pero luego en la marcha del
#27J no fuimos ni trecientos.
¿Qué paso? eso deberíamos de preguntarnos y
trabajar por cimentar organizaciones solidas, en las que realmente podamos
tener ligazón, representación y reconocimiento de la sociedad y la juventud.
Necesitamos
trabajar sin caer en el coyunturalismo, sin creernos lo poseedores de la verdad
absoluta, aprendiendo y desaprendiendo humildemente, generando alternativas
creativas de cambio y transformación.Los jóvenes necesitamos ir mas allá de lo
que nos impuso estos 20 años de
neoliberalismo, dejar viejas practicas políticas como el de burlarnos y no dar
las criticas directamente, hacer #repartijas, entre otras cosas, porque estas
actitudes generan desconfianza y corroen con la unidad y compañerismo que
debería haber en personas que comparten los mismos ideales como el de luchar
por un mundo mejor para todos y todas. El verdadero socialismo se construye
desde nuestro accionar diario, y no solo en el discurso.
En estas ultimas semanas la izquierda
(Confluencia) ha vivido momentos muy
tensos y nosotros, los jóvenes, no hemos sido ajenos. Estas situaciones han
sido generadas por practicas que se repiten y otras que son nuevas, ahí tenemos
las discrepancias sobre las alianzas políticas y la forma de conformar las listas,
yo defendí la postura de no hacer alianzas electorales con sectores que tenían
procesos de corrupción y violación a derechos humanos, y también el de convocar
a elecciones primarias para conformar la
lista de candidatos, y así cada militante y joven defendió una posición similar
o muy diferente. Hubieron aciertos y equivocaciones pero esta experiencia nos
ha servido a todos/as para poder aprender que los acuerdos no se imponen, que
debemos planificar y hacer buenos análisis para no caer en la improvisación, y
sobretodo la importancia de tener una auténtica democracia y transparencia en
nuestras prácticas políticas. Necesitamos desarrollar nuestra identidad como
izquierda y organizarnos.
Nadie puede decir que fue perfecto y menos
descalificarnos el uno del otro, es necesario evitar el lenguaje acalorado, las
distorsiones, las burlas y los ataques personales que sólo sirven para desviar
la atención de las cuestiones políticas.
Todos/as estamos en este camino, en esta lucha
diaria por un sistema diferente, y seguiremos conviviendo y trabajando por la
construcción de una izquierda que este al servicio de la población y no de
cupos electorales.
Sigo
insistiendo al igual que muchos de mi generación, que es necesario que
construyamos un Programa Político y una Plataforma Juvenil, para tener
lineamientos políticos y orgánicos que sean sólidos, democráticos y
representativos. Donde podamos discutir, proponer y sobretodo trabajar por
solucionar las problemáticas de nuestra sociedad y generación, para dejar de vivir
en el coyunturalismo e ir cimentando las bases de un verdadero poder popular.
Hacia ese camino debemos de ir todos y todas
los/as que queremos un mundo mejor, hacia el socialismo, como lo propuso y por
lo cual luchó José Carlos Mariátegui.
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