Por Manuel Cunza G.
Quince años, tal vez más creyendo y defendiendo lo
que imaginaba sagrado como los intereses de nuestras instituciones, que suponía
de todos los peruanos, sin pensar que pudiera haber alguien agazapado,
esperando el momento preciso, la hora evacta y hasta el minuto oportuno, para
dar el zarpazo y engullirse, lo que es de todos. En muchas de mis modestas
notas, a lo largo de quince años o más, dediqué parte de mi vida en defender la
institucionalidad que creía de todos, la tuve casi secuestrada, impidiendo la
manipulación política. Tal vez juzgué con apresuramiento a quien o quienes
osaran siquiera una mirada a algo que pareciera político.
Como una severa
autocritica, que en realidad ya no sirve de nada, declaro mi culpa de haber
sido quien organizó, propuso y empujó al grupo de dirigentes que hoy maneja a
Peruvian Parade, después de sortear unas elecciones contrarias al interés de
nuestra institución que, insisto, creía de todos. Claro en esta difícil tarea
no estuve solo, escondo la identidad de un gran peruano que casi me obligó a
plantear lo que llamamos el proyecto “Tello a la presidencia de Peruvian Parade
INc”.
A mucha gente entusiasmo el apellido del candidato cuyo triunfo
democrático estaba descontado; junto a él había poquísimos buenos y otros
buenos para nada, que se me entregó de contrabando, esos que se conforman con ser
convidados de piedra en las reuniones, debates, de Peruvian Parade.
La presente nota no
es para analizar a cada uno de los integrantes de la Junta Directiva, (que es
muy triste) sino la política seguida por la alta dirección de la institución de
todos los peruanos. La plataforma electoral que le propuse, que fue aceptada
por los candidatos, contenía como puntos más importantes lo siguiente: La
nominación de un Comité Permanente Pro Casa Perú; La enmienda inmediata de los
Estatutos, para ponerlos acorde al tiempo institucional que vivimos; La
redacción de un Reglamento de elecciones, que garantice la verdadera
orientación democrática para elegir, y; la formación de algunos comités como:
asistencia social y finalmente un comité de Relaciones públicas.
Están por terminar,
los dos años de gestión de la directiva y no hay visos de que algo de la
propuesta electoral, se iniciara siquiera. Además, se pasó por alto, la no
entrega de la documentación contable y demás documentos de la anterior Junta
Directiva. Lamentable ha sido la ausencia de iniciativas entre los dirigentes,
no aportaron nada valedero, más bien se amoldaron a la forma “democrática” de
conducir una asamblea, levantando primero la mano en cualquier votación (el
presidente tiene el voto dirimente) para que los que asisten, hagan lo mismo
“democráticamente”, es decir; funcionó el seguidismo.
Quienes, desde el
llano reclamamos la verdadera forma de
dirigir un debate, (Reglas de Robert) fuimos maltratados por la alta dirección,
a tal punto que una secretaria, arrogándose la representación de la institución
expresa su “desagravio”(¿de qué?) a un ciudadano chileno y declara su adhesión,
en contra de un compatriota responsable del proyecto Tello; igualmente otro
directivo, con la complacencia de la presidencia, inicia una ofensiva, contra
los que no estamos sometidos y dice: el señor Cunza es el disociador en el seno
de la Peruvian Parade, esta osadía le ganó a este directivo, por ejemplo, ser
nominado como director artístico de los festivales. Esto y mucho más son los
hechos que empañan las buenas intenciones, si alguna vez las hubo, del señor
presidente.
Algo más, este
último mes de julio, se alejó de sus funciones un gran colaborador a quien
propuse, el mismo que dirigió con acierto, la parada del año pasado,
inmediatamente es reemplazado, por un señor de apellido Aguirre, de
nacionalidad chilena; es decir; se chileniza la parada de los peruanos; por
eso, en una de mis últimas notas me permití decir: Fujimori, Toledo y Alan García , chilenizaron
el Perú y José Moore, ex presidente expulsado, chileniza Peruvian Parade,
ganándose el título de asesor de la presidencia, con voz en las REUNIONES DEL
DIRECTORIO. Así, los que luchamos para ubicarlos ahí donde están, fuimos
tratados, al mejor estilo Alanista, como personas de tercera clase y quien
apoyó esa calificación a los peruanos, se paseó triunfante, en la parada de todos los peruanos.
Ahora, cuando todo es irreversible, ya no cabe
vuelta al ayer, cuando Peruvian Parade estaba libre de la política partidaria,
ya no hay como impedir, que los conformistas aprueben lo sucedido. Hoy cuando
todo ha terminado, solo espero una asamblea general de peruanos, en el que
seguramente se solicitara se me sancione, por osar a decir algunas verdades a
medias; será pues mi más preciado galardón, por haber sido durante muchos años,
el fiscalizador de las instituciones, título que alguien me regaló. Pongo en
manos de la comunidad peruana, el veredicto final sobre mis actos de pretendido
fiscalizador de instituciones, pretendiendo impedir la sombra política en
nuestras organizaciones. Todo ha terminado, la PPInc. esta partidarizada. Mi
propia propuesta me ha vencido.
Hasta siempre
queridos compatriotas
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