Por Raul Wiener
El ego colosal está absolutamente convencido que fue su
famosa frase sobre que él no discutía con el ahijado sino con el padrino de
Caracas, lo que le hizo ganar la elección del 2006, y que su invento sobre la
“reelección conyugal” fue la que tumbó a Humala en las encuestas.
Por eso, es seguro, debe estar celebrando su más reciente
ocurrencia que es la de colgarle a Susana Villarán el cartel de “candidata del
gobierno”, que será su contribución a lo que espera sea el triunfo de su amigo
Castañeda, a pesar de que exista un candidato de su partido que se esfuerza
para ser notado con algunos afiches y amigos que lo invitan a los programas
políticos del cable que nadie ve.
Nada justifica la imputación, ya que Villarán ganó en el
2010, sin el apoyo directo o abierto del humalismo, y volvió a ocurrir con la
revocatoria. Y hoy mismo son bases nacionalistas, básicamente descontentas con
su propio gobierno, las que le han expresado su apoyo, entre muchos otros
sectores bastante distantes del actual gobierno.
Pero García es así. Nadie se sorprenda que en el 2016
esté diciendo que la izquierda es culpable de la baja del crecimiento económico
o cualquier otra mañosería por el estilo. La política del dos veces
expresidente se resume en declarar.
Por eso ya empezó a decir que la Justicia lo ha eximido
de delitos, cuando lo que los jueces siempre complacientes fallaron el 2001 era
que se había pasado el plazo para procesarlo (prescripción) por los hechos
probados de su primer gobierno (enriquecimiento ilícito, coima del tren
eléctrico, transferencia de las reservas al BCCI, etc.), y lo que su juez
Velásquez ha resuelto tramposamente en el 2014 es que ninguna de las citaciones
de la Megacomisión Tejada era válida, lo que increíblemente anularía los
informes sobre sus nuevos delitos (Narcoindultos, BTR, colegios emblemáticos,
agua para todos y Sedapal, enriquecimiento ilícito, etc.). O sea, nunca ha sido
exculpado, pero lo dice para exculparse él mismo.
Ahora además ha sacado una nueva frase: que todo lo que
se dice en su contra es porque temen que gane las elecciones del 2016. Y
algunos se preguntan si con el 70% que lo considera corrupto en las encuestas
puede tener alguna posibilidad. Y la verdad es que lo que el tipo está diciendo
es que llegado el momento ya tendrá la frase que genere la falsa polarización
que más le conviene.
Esa es su autoconfianza, de la que hablaban los gringos
en el wikileak sobre el ego colosal, y que no siempre le ha dado el resultado
buscado, como se vio tantas veces durante sus dos gobiernos (acusar a lo
nativos de ciudadanos de segunda categoría, a los maestros de comechados,
etc.), o en sus declaraciones ante la comisión Tejada (consultaba con Dios los
narcoindultos). En fin, un hablador que gana y pierde con palabras.
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