viernes, 28 de agosto de 2015

El circo, sigue su función


Tal vez alguien sepa cuando comenzó esa tradición que mezcla las celebraciones del 28 de Julio, día de la independencia del Perú, con la temporada de circos que inundan cada vez en mayor número al Perú.


El caso es que lo que se ve es que los circos, así en plural, se han instalado en todas las arenas políticas y especialmente en los poderes del Estado.
En palacio de gobierno, la pareja presidencial asemejan a esos acróbatas que de caer tantas veces a la red de amparo ya dejaron de conmover con su espectáculo y solo alcanzan a producir vergüenza ajena. Es que no solo se trata de las traiciones cometidas contra todas sus promesas electorales, ya por último no son capaces de expresar moralidad que, en última instancia, ante tanto desastre político se suponía que habría de salvarlos.
No es el escándalo desatado por el lobbysta Martín Belaúnde Lossio, es ya la aparición de las agendas que muestran un despilfarro de gastos de dineros cuya procedencia se desconoce y que no se sabe explicar, sino lo que es peor es que la propia primera dama, Nadine Heredia, ha destapado un circunstancia en la que Ollanta Humala pudiera parecer simplemente un marido engañado: un cornudo.
Despreciados por el pueblo por traidores, inaceptados por la derecha por la misma causa, Nadine y Ollanta son solo un hazmerreir de la política peruana.
El Congreso, ahora bajo la presidencia del antifujimorista converso, elegido nada menos que por los votos de sus exenemigos,  Luis Iberico, prosigue su función de payasos, otorongos saltando por el aro de la inmoralidad, prestidigitadores que desaparecen lo que tocan como robacables, comepollos, sacavueltas, fantasmagóricos que desaparecen a empleados entre sábanas blancas, fujimontesinistas, apristas, nacionalistas, solidarios, pepecacas, todo un revuelto de hienas, ratas, serpientes y gusanos cada cual ahora empeñados en buscar posibilidades de reelección aunque para ellos parezca que la palabra tránsfuga no forma parte de sus diccionarios.
El hombre corcho, nunca se hunde, navega entre las aguas servidas, salidas de las cloacas de la putrefacción política, todos sus principales asesores y gente de confianza por la que juraba que podía meter las manos al fuego, como Facundo Chinguel, están ya presos, involucrados por el crimen de narcoindultos cuya cabeza responsable es él, pero “él”, la rata mayor sigue inmune a los acontecimientos.
Y qué decir de la marrana Keiko, o del “gringo-cholo” PPK, quien ahora, como si hubiera descubierto la pólvora, a sabiendas que para ganar las elecciones hay que hablar con el lenguaje de la izquierda para luego gobernar por la derecha, hoy se “acusa” de “progresista”.
Se trata, pues, de Alan García, que según parece es el favorito de una burguesía churreta, ávida de negocios turbios, de esos que se tratan mejor bajo la mesa y saben que ninguno más habil, más astuto, mas mafioso, mas seguro para esos “menesteres” que el dos veces presidente.
El poder judicial, en este circo muestra el mundo al revés, los culpables son inocentes, los inocentes son sospechosos y quienes debieran estar en el banquillo de los acusados, se sientan como jueces en los altos tribunales de una Justicia que tiene cubiertos los ojos en una banda de dólares.
Y así, todas las instituciones policiales, las autoridades públicas de cualquier estamento, sea escuela, donde directores consecionan los espacios de las escuelas, los policías son atrapados como partes del cartel del Chapo Guzmán, los medios de comunicación que desinforman y son simplemente cómplices de toda la corrupción. Así es como se desenvuelve el Perú y al parecer no hay aun quien o quienes estén dispuestos a cambiar las cosas
Sin duda alguna, el circo llegó para quedarse, nadie se mueva, la función continúa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario